¡Cosas que suceden sólo en Guatemala! El mismo día en que la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala -CICIG- estaba terminando su función, es decir, su lucha contra las estructuras paralelas que actúan bajo el amparo de la corrupción y la impunidad, si, ese mismo día, en la Aldea Semuy II, El Estor, Izabal el ejercito perdió a tres de sus elementos castrenses, según el ministro de la Defensa, murieron en manos de gente vinculada al narcotráfico.
Como es de conocimiento público, don Jimmy Morales, ni lerdo ni perezoso, nombró a los soldados caídos, como héroes nacionales e inmediatamente, en Consejo de Ministros decretó Estado de Sitio, no sólo en Izabal, sino en cinco departamentos más.
Desde este espacio, manifiesto mi más sinceras condolencias a los familiares de los soldados rasos fallecidos, y al mismo tiempo, pido a Dios que perdone a los militares que desde la comodidad de Casa Presidencial, dan ordenes a diestra y siniestra sin conocer en lo más mínimo, las circunstancias infra humanas en que viven millones de campesinos a lo largo y ancho de nuestro territorio y si acaso tienen conocimiento de esas circunstancias, se hacen de la vista gorda para solucionar las causas de esa terrible situación.
Lo narrado por el Ministro de la Defensa y el de Gobernación, sobre cómo sucedieron los hechos, definitivamente no es creíble. Históricamente ha habido una serie de acciones bélicas en ese espacio territorial, que es difícil creer al alto mando del ejército. Sólo basta recordar lo sucedido el 29 de mayo de 1978 en Panzós, Alta Verapaz cuando el mundo se estremeció por la masacre perpetrada por el Ejército, por favor, no estoy justificando lo sucedido esta vez. Reitero, el gobierno nunca ha tenido dentro de agenda, planes de desarrollo humano, para esta población. Esta población, no tienen o casi no tienen, salud, educación, seguridad, vivienda y sobre todo un trabajo digno.
Las secuelas de las masacres que se han suscitado en esas áreas, tienen a la población en alerta máxima, y, cuando ven a tropas militares cerca de sus casas –si acaso tienen un techo-, reaccionan de la manera como supuestamente lo hicieron esta vez. Reitero, no estoy justificando la muerte de los soldados rasos, estoy sumamente compungido por el abandono del Estado hacia estos hermanos nuestros.
Es obvio, ante el abandono del Estado y la carencia de satisfactores humanos y sociales, la población se cobija ante la primera y tal vez única opción, los narcos. Eso, ni dudar. Por esa razón, tenemos autoridades edilicias, diputados, funcionarios públicos y hasta candidatos a la Presidencia de la República, vinculados con este negocio –narcotráfico-.
Así las cosas, es la oportunidad de oro de doña Consuelo Porras –Fiscal General y Jefe del Ministerio Público- de demostrarnos que no necesitan de ayuda internacional o extranjera para realizar la labor de investigación que por ley, le compete al MP. Estimado lector, hace apenas unos meses atrás, el Ministro de la Defensa y el comandante general del ejército –Jimmy Morales-, nos mintieron sobre el negocio de los aviones Pampa III, entonces ¿Hasta qué punto es creíble lo dicho por el alto mando del ejército, que los integrantes de la patrulla militar no hizo un solo disparo? Según testimonio de los comunitarios, hay dos personas civiles con heridas de bala, entonces ¿Quién les disparó?
¿Cuál fue el verdadero motivo del patrullaje del ejército, toda vez que allí hay intereses económicos de los empresarios?
¿Por qué, el Estado de Sitio se extendió a seis departamentos o sea, a más de un cuarto del territorio nacional?
Por otro lado, señora Fiscal General, le recuerdo que apenas cinco días antes de este lamentable suceso, murió asesinado el Sr. Luis Xol, Alcalde Electo por el Municipio de Livingston, Izabal y su hermana. Es un secreto a voces, que el Estado está a punto de ser un Narco Estado, entonces, Sra. Fiscal General, podría usted tener la bondad de dejar de vigilar y ponerse a trabajar.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.