En Guatemala, luego del desencanto político de otro montón de inútiles al mando de un país saqueado que ha sido siempre el talón de Aquiles para el país, en cambio ahora corremos el riesgo en estos tiempos de pandemia hay que hacer cola hasta para morir. Ahorita corremos el riesgo que no pueda afectar la falta de paciencia. Tantas expectativas desde 1985, pero siempre se han ensuciado con la ineficiencia, la corrupción y el manoseo en que estos entes políticos parasitarios convirtieron la función política. Ya llego la hora como pueblo de rechazar a las personas y a los partidos políticos nos encontramos con tantos nombres y rostros que nos recuerdan lo más oscuro de la política criolla.
La única aspiración de la población al hablar de política “es que me van a regalar” una población necesitada que vende sus votos por nada. Los problemas y debilidades de nuestro sistema y aun políticos, persisten, la decadencia que ha demostrado este grupo de sinvergüenzas es una decadencia de valores, mentiras y claramente no saben qué hacer con el país. Aunque siempre el discurso de todos giraba alrededor de la demagogia permanecer en el gobierno les garantiza ganar bien e inmunidad ante cualquier demanda contra medidas adoptadas en sus respectivas y malas administraciones. El mayor problema de la población es la “indiferencia” pero como en todo coctel no puede faltar la guinda y en este caso se trata de la población dispuesta a venderse por materiales de construcción o pisto después mucho arrepentidos como están la mayoría y muriéndose ahora por la pandemia.
Hay una cantidad de partidos políticos y personas y no existe calidad en los partidos políticos o calidad en el personal (servidores públicos). No hay soluciones para estos problemas del país solo existe maneras para sacarle cada centavo y provecho políticos asquerosos. En el país sino te mata el asaltante en la esquina por un celular, te matara el gobierno con tanta injusticia y corrupción. Y con las declaraciones del gobierno obvio que nosotros mismos somos responsables de cuidar nuestra salud y de ver cómo nos curamos si nos contagiamos, pero lo incorrecto del caso es ¿Por qué entonces seguimos pagando impuestos? ¿Por qué seguimos teniendo un Parlacen o SAAS? Y ¿porque existen burócratas con sueldos millonarios? En pocas palabras seguimos peor y vamos en mal camino cuídense cada quien como pueda. Les dejo la frase de Armando Ribas “El socialismo se forja en la envidia; se administra desde la hipocresía, genera la pereza y destruye la riqueza”.