El concepto de motivación está basado en todo factor que promueva o modifique una actitud o comportamiento. La motivación puede ser intrínseca o extrínseca, es decir, interna o externa. En el caso de la actividad de enseñanza-aprendizaje, lo contrario a un castigo físico o al maltrato psicológico. La importancia de la motivación en la actividad educativa se considera fundamental, ya que facilita la disposición del educando para aprender, desarrolla un interés por conocer los contenidos planificados.
Sin embargo, la motivación debe estar adecuada a las necesidades del educando, lo cual genera una situación compleja para el educador, al ser los intereses diversos en una clase, aunque colectivamente se pueden agrupar, como en el caso de los motivos primarios y los secundarios.
Es necesario identificar la diferencia entre la motivación y el incentivo, la cual radica en el carácter ontológico de la motivación. Pero en este escenario no solo es responsabilidad del educador alcanzar el éxito, porque la motivación también implica madurez, requisito para desarrollar cualquier aprendizaje.
La motivación debe ser un proceso constante y permanente, que no se debe limitar a una acción aislada. En la motivación escolar se distinguen dos tipos de motivación en cuanto a su aplicación, inicial y de desenvolvimiento o incentivación.
Diversos autores han contribuido con el análisis, teoría y categorización de los motivos. Lo cual ha permitido facilitar la orientación de la motivación de acuerdo con el área en que se desea enfocar. En cuanto a las fuentes de motivación, responden a esos motivos o necesidades que se pueden manifestar de distintas maneras, desde las propias necesidades del educando, pasando por la personalidad del educador, hasta las aspiraciones.
Finalmente, el educador dispone de diversas técnicas para motivar, lo que abre un abanico de posibilidades para activar el estado que busca en los educandos. Las principales técnicas son: correlación con lo real, victoria inicial, fracaso inicial, problemática de las edades, acontecimientos actuales de la vida social, participación del alumno, voluntad de aprobación, elogios y censuras, material didáctico, ocurrencias ocasionales, reconocimiento de la utilidad mediata e inmediata, necesidades del alumno, experimentación, compañerismo, voluntad de independencia, estímulo del ambiente, reducción de los factores negativos y aumento de los positivos, espíritu lúdico, aspiración, coloquio con el alumno, personalidad del profesor, motivación por la propia materia, oportunidad de contacto con varias actividades, actividades de acuerdo con las posibilidades de cada uno, realización de experiencias reales, aplicar las técnicas o conocimientos adquiridos, relación profesional, éxito, trabajos ininterrumpidos.
* Basado en la lectura del capítulo 7 del libro Hacia una didáctica general dinámica (1985)