Los hermanos Marcelo y Roberto Molina Mata, el primero Abogado y el segundo Médico, nacieron en Quetzaltenango el 22 de febrero de 1800 y el 26 de marzo de 1803 respectivamente. Ambos participaron activamente en la política.
Don Marcelo Molina Mata, como Abogado y Notario participó en varios puestos públicos siendo reconocido por sus capacidades y liderazgo. Por ello fue nombrado a integrar el Triunvirato que en 1838 elaboró el Estatuto de lo que sería el Estado de los Altos. Pocos meses después fue nombrado Presidente del Estado, siendo el único Jefe de dicho Estado, cargo que detentó durante cerca de dos años, hasta el momento en que tropas del Brigadier Rafael Carrera y Turcios invadieron la Ciudad de Quetzaltenango el 28 de Enero de 1840. El Presidente del Estado de los Altos mantuvo temporalmente con hidalguía su posición, pero finalmente tuvo que dejar el cargo. Meses después se trasladó a México en donde ejerció su profesión como abogado. El año siguiente de su defenestración, en 1841, publicó un documento en el que denunció los atropellos sufridos por el Estado de los Altos en la invasión que dirigió Rafael Carrera, al que tituló: “Exposición a la convención de los Estados Centro-americanos, protestando contra la usurpación del de los Altos”. Efectivamente fue una usurpación, pues el Estado de los Altos formaba parte de la Federación de Estados Centroamericanos, derecho que había defendido desde que se integró la primer Asamblea Constituyente de dicha Federación en 1824. Don Marcelo Molina Mata murió en su natal Quetzaltenango el 20 de Mayo de 1879.
Don José Roberto Molina Mata, hermano menor de don Marcelo y médico de profesión, fue también político y participó en puestos públicos. Durante la existencia del Estado de los Altos formó parte de la Corte Suprema de Justicia de dicho Estado. Luego fue nombrado Alcalde de la Ciudad en 1840, de manera que cuando la caída del mismo le correspondió continuar con el cargo edilicio. Meses más tarde cuando Francisco Morazán había ocupado el 18 de marzo de 1840 la ciudad de Guatemala, los quetzaltecos decidieron reorganizarse como Estado de los Altos, con la mala fortuna que el día siguiente Morazán fue derrotado y obligado a huir por Rafael Carrera, quien con saña, salvajismo y ultrajes de toda índole invadió nuevamente Quetzaltenango, ordenando el fusilamiento del Alcalde, Doctor José Roberto Molina Mata y de todo su Concejo Municipal, hecho acaecido el 2 de Abril de 1840. Ello a pesar que la esposa de don José Roberto Molina Mata había pagado un alto rescate monetario para liberarlo. Aun así, fue apresado, ultrajado y fusilado.
El explorador y Diplomático inglés John Lloyd Stephens dejó constancia de las atrocidades de Rafael Carrera en su libro: “Incidentes de viaje en Centro América, Chiapas y Yucatán”, escrito en 1841. Dice textualmente: “…sin menor forma de juicio, ni aun de corte marcial, diez y ocho miembros de la Municipalidad fueron sacados a la plaza y pasados por las armas… lo llevaron (a Don José Roberto Molina Mata) cerca de la esquina de la casa, lo sentaron en una piedra y lo fusilaron al instante. A los otros se les sentó en el mismo lugar uno a uno. La piedra y el muro de la casa todavía estaban ensangrentados. Hasta el día, en todas la revoluciones, siempre se había mostrado cierto respeto hacia los tribunales de justicia, y no se podía concebir cuán grande era el horror de los habitantes por este inicuo asesinato de los mejores hombres de Quetzaltenango… Yo (sigue diciendo en su texto Stephens), he procurado evitar el expresarme con dureza de Carrera siempre que he podido. Me considero personalmente obligado hacia él, pues sin su protección nunca habría podido viajar por el país; pero es imposible reprimir el sentimiento de indignación que se levanta contra el gobierno que consciente de la atrocidad de su conducta… En su libro Stephens habla bien de la Ciudad de Quetzaltenango, que le impresionó por su orden y limpieza. En cambio sobre el Presidente Rafael Carrera describe que le costó mucho anotar su firma en la carta de permiso de viaje por el país, y la satisfacción que vio en su cara cuando logró completar su firma…
A los hermanos Marcelo Molina Mata y José Roberto Molina Mata se les recuerda en Quetzaltenango como héroes y mártires.