TERRITORIO ECONÓMICO
Agosto se ha convertido en uno de los meses más violentos del año. Por donde se revise, los hechos violentos se incrementan día con día. En Quetzaltenango hace muchos años que la población ha perdido la sensibilidad, antes, cuando producto de un hecho violento moría un ser humano, en esta ciudad todos los quetzaltecos acongojados manifestaban su dolor, se constituía en un acontecimiento relevante; ahora, un joven luego de una noche de fiesta, dispara a un ser humano, este muere y en las redes sociales se desata el debate, muchos a favor y otros en contra, pero nadie, e incluso las autoridades municipales, óigase alcalde y Concejo, gobernador, Policía, Ejército, sociedad civil, nadie, absolutamente nadie piensa en las causas del hecho, solo se ve el efecto.
Otra historia lamentable fue la del hospital Roosevelt, en donde un joven de apenas 17 años dirigió un comando fuertemente armando, conformado por cinco vehículos, 10 integrantes, informantes dentro de las fuerzas armadas y en los tribunales de justicia, suponen algunos, que dejó la muerte de nueve guatemaltecos inocentes. En su discurso, por lo menos ahora lo dio, el señor presidente pide el apoyo de los jueces para que no envíen a los privados de libertad a los hospitales, pide a la Contraloría que les permita ejecutar el presupuesto para invertir en centros de detención.
Luego del ataque se informa que por lo menos el 80% de los reos trasladados a los centros hospitalarios no lo necesitan, en el caso citado anteriormente, el reo fue enviado al hospital para la realización de un examen médico, que bien pudo realizarse en el centro carcelario.
Se diga lo que se diga, la violencia que hoy vivimos se origina en el propio sistema capitalista, uno en donde lo importante es la concentración de la riqueza de unos pocos en perjuicio de las grandes mayorías. La falta de oportunidades para los jóvenes, la discriminación, la enorme desigualdad, la desintegración familiar, etc. Todas estas causas afectan, pero si vamos al fondo de ellas siempre veremos el sistema neoliberal como el gran detonante de la violencia, y en tanto no se plantee un cambio en los países desarrollados, toda la podredumbre de estos la viviremos los mal llamados subdesarrollados.
Está comprobado que los países con mejores beneficios sociales para la población tienen un menor índice delincuencial, para un ejemplo el caso de Holanda, en donde las cárceles se han quedado vacías y ahora las están arrendando a países vecinos.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.