REFLEXIONEMOS
Cuando algo, un evento o un período administrativo se está aproximando a su final y para satisfacción de los protagonistas, se han hecho bien las cosas, se dice que cerrarán con broche de oro, pero, en nuestro flamante Concejo Municipal, según se puede derivar del comentario cotidiano, el último año que les queda se cerrará, pero con broche de alambre de púas pues, al igual que todo lo que perciben, el nuevo aumento será con cargo a los impuestos de los contribuyentes: se sirvieron con la cuchara grande para ganar, a partir de enero y retroactivamente a la fecha del acuerdo, casi 700 quetzales de dieta por sesión. “Lo que no cuesta, que se haga fiesta” dice un refrán popular que le cae, como anillo al dedo, a tan censurable acuerdo. Según información de prensa, este “humanizado acuerdo”, se tomó con ausencia del alcalde y votaron en contra, tres concejales y un síndico: Carlos González, María Alvarado, Roberto Soto y el síndico Julián Elizondo que, en cuanto a este acuerdo se refiere, merecen se les reconozca el no compartir con su voto la desvergüenza de quienes sí lo aprobaron y donde cabe destacar la censura a los proponentes y seguidores encabezados por quien, tanta crítica ha provocado: se comenta públicamente que se ha dormido (me comentan también que publicaron foto) varias veces en sesiones del Concejo: es una fortuna que a alguien, le paguen por dormir.
También cabe destacar el despropósito de quien presidió la sesión donde se aprobó, este criticado acuerdo. Según Prensa Libre (página 19, del miércoles 30 de enero/2019), así justificó el aumento: “Se está pensando en el futuro, que en un año el nuevo Concejo tenga incremento en dietas. La Municipalidad de Quetzaltenango es la que tiene las dietas más bajas a nivel nacional. Pensamos en el futuro, para que el nuevo concejo tenga dietas que compensen su trabajo.” Según la misma nota periodística, más adelante, dijo: “Es un compromiso para que los concejales estén más tiempo en la municipalidad y el tiempo sea más productivo. Se ha hecho obra, y es ceguera de los ojos (¿existe otra que no sea de la vista?) y del corazón no ver que sí se ha hecho (el paréntesis anterior es mío). Pueden ver el puente Los Batanes, la calle de Garibaldi, hay obra, aseguró”. Si quien emitió estas opiniones para defender el multi citado acuerdo, fuera un Abogado defensor, con defensas como la que profirió, su cliente no necesitaría Abogado acusador pues él mismo, condenaría a su defendido y lo enviaría a la cárcel. Se necesita ser muy ingenuo para aceptar que el aumento fue pensando en los concejales de la próxima administración (¡que considerado!); por otra parte, está confesando que los concejales están menos tiempo del que se requiere en la municipalidad; con lo que perciben por la dieta, estarían más que bien pagados si permanecieran en la municipalidad, de tiempo completo. Finalmente, y para no abundar en “los argumentos” para defender el aumento, vale destacar que el puente Los Batanes y la calle de Garibaldi, no es todo Quetzaltenango. Los vecinos, sí tenemos ojos para ver las deficiencias, oídos y boca para escuchar y comentar las deficiencias en los servicios municipales; quienes no ven ni escuchan el clamor popular por la deficiente administración, son otros.
Impulsado por este desafortunado y desconsiderado acuerdo, me surgió la idea de comparar la municipalidad local, con la de otros municipios, pero sería muy ambicioso pues son muchos; así que, tuve que conformarme con una que es el mejor ejemplo comparativo, con la ventaja de que es colindante con Quetzaltenango e insisto: un buen ejemplo para el concejo de Xela e incluso, aunque a algunos les duela reconocerlo, a nivel nacional. Es LA MUNICIPALIDAD DE SALCAJÁ. Ya en otro comentario lo sugerí y hoy, lo reitero: sería saludable y hasta moralmente aconsejable que, si no lo han hecho, el Sr Alcalde y su Concejo, se den una vuelta por Salcajá; conversen detenidamente con el Alcalde, Sr. Miguel Ovalle y el Concejo Municipal que él preside; bastará que vean los logros alcanzados, para que asimilen como se debe administrar un municipio; hacerlo, permitirá experimentarlo y algo importante: digerir el por qué, se le reconoce el compromiso y responsabilidad administrativa. Aquí, la dieta es de mil quetzales por sesión, pero solo celebran una por día hábil; en Xela celebran más de 20 por mes. La Municipalidad de Salcajá y su Alcalde, son una y uno de los mejor calificados en Guatemala. Es uno de los municipios más pequeños del país, pero, al comparar sus logros municipales con Xela, se agiganta como cualquiera puede comprobarlo. Pueden mencionarse otros comparativos para reflexionar, pero, ya rebasé el espacio y, según el acontecer, trataré de comentarlos más adelante.
Soy un profesional comprometido con la transparencia, la crítica y la propuesta, e identificado con los problemas sociales; los intereses y necesidades de los de a pie. / lufesaldy@hotmail.com