El viernes pasado se conmemoró otro aniversario de la revolución de 1944, un hecho histórico que marcó la vida del país, y que significaba el inicio de profundos cambios que serían la base para un país más justo y con mejores oportunidades para todos sus habitantes, 10 años futuristas y esperanzadores se vieron truncados en 1954, el resto de la historia ya lo sabemos.
73 años después, en el día de la revolución guatemalteca sucedieron tres acontecimientos particularmente interesantes, que resalto por su significado dentro de la historia y el momento que vive el país y la ciudad de Quetzaltenango, específicamente. El primero de ellos tuvo como escenario el centenario teatro municipal de la ciudad, obra construida durante los últimos años del siglo XIX, joya arquitectónica y sitio simbólico de validación de la cultura quetzalteca, testigo de eventos importantes a nivel artístico, pero también utilizado para elecciones de reinas, graduaciones; ese hermoso espacio neoclásico se había convertido en salón de usos múltiples, pero este viernes fue diferente, 32 mujeres en escena, ofreciendo un espectáculo que incluía música de Mariano Valverde y Joaquín Orellana, el Cuerpo de Baile del Teatro Municipal de Quetzaltenango se presentaba por primera vez, Vanesa Rivera, bailarina profesional y también administradora del teatro, nos regalaba una presentación de nivel y lo mejor de todo, el inicio de un proceso que dará muchos frutos y muchas bailarinas y bailarines para el país, además de la oportunidad de tener un espacio para las presentaciones artísticas de nivel al alcance de todos, los planes de Vanesa para el teatro incluyen una agenda mensual, sitio web que está ya en funcionamiento, espacios para galerías y la creación de ciclos de formación en artes escénicas que garanticen la profesionalización de artistas locales, el teatro en sus más de cien años de existencia por fin lo vemos lleno de vida.
Una hora más tarde, en un conocido bar de la ciudad, Fernando López junto a varios músicos locales, entre ellos los maestros Danilo Rodríguez y Fernando Juárez, brindaron el concierto en contra de la corrupción, dos horas y media aproximadamente en las que nos regalaron un espectáculo musical alucinante. Los quetzaltecos padecemos mucho de la nostalgia por el pasado, todo el tiempo andamos creyendo que antes todo fue mejor y respetando mucho lo que ocurrió en décadas pasadas, pero lo que está pasando en este presente inmediato, frente a nuestros ojos, contiene una calidad única, con sus propias particularidades y sus propios objetivos, es un enorme aporte al pensamiento y al arte en la región, pensaba esto mientras Fernando López y Fernando Juárez hacían de las suyas en el escenario, momento que nos dejó con el corazón latiendo fuerte.
El viernes 20 y sábado 22 se llevó a cabo la primera Cumbre de migrantes en el Centro Intercultural, un espacio para el diálogo y la reflexión sobre el fenómeno de la migración, sus causas y también lo que a nivel cultural ha provocado; fue sumamente conmovedor escuchar los testimonios de líderes que luego de retornar deportados al país crearon nuevas oportunidades para el desarrollo de sus comunidades, gente de Cajolá o de aldeas de Totonicapán, demostrando que la ruta del desarrollo basado en las necesidades locales son la clave para imaginar un país mejor.
Pasó otro 20 de octubre, otro día que la mayoría no logra darle la dimensión que merece, pero en Xela, ese día hubo señales que nos demuestran que no todo está perdido, todo lo contrario, hay gente, mucha con ganas y talento, el espíritu revolucionario de hacer, de avanzar y de imaginar un mejor futuro, estuvo en estos tres eventos que ponen a Quetzaltenango como un escenario para la generación de ideas, de propuestas nuevas, de reflexión, hay esperanza, hay mucha.
Poeta, gestor cultural y editor de origen maya k´iche´, ha trabajado por más de 13 años en proyectos culturales en Centroamérica, escribe columnas de opinión en medios de Quetzaltenango y Guatemala, amante del Xelajú y las rocolas.