Los padres permisivos, generan hijos abusivos.
La silla de pensar es un método muy antiguo para corregir el comportamiento de los hijos e hijas, consiste en que cuando comenten una falta grave se les envía por 10 minutos a una silla en un lugar tranquilo en donde puedan pensar en lo que hicieron. Tiene sus ventajas y desventajas como todo método, y por eso hay que aplicarla con ciertas condiciones.
Que sea como último recurso, como en realidad es un castigo, debe el educador usar otras formas antes de llegar al correctivo. Si se está usando demasiado frecuente, diario o semanal, se vuelve disfuncional y hasta dañino.
Es importantísimo que no exceda los 10 minutos, que solo en casos demasiado fuertes llegue a los 15. Nunca el niño debe ser amarrado o encerrado. También evitar ponerlo de frente a la pared. Lo que se trata principalmente, es que se calme y se tome un tiempo fuera, y que luego reflexione.
Debe aplicarse exclusivamente para actos graves, como que se haya portado abusivo, violento con alguien, que haya hecho algo que ponga en peligro la vida de alguien, o por mucha necedad. Jamás se deben castigar los errores, las deficiencias, los gustos, las preferencias, los estilos de cada persona, la identidad.
Al finalizar los 10 minutos, el padre se acerca al niño y dialogan con la intención de que haya un cambio de conducta la próxima vez, que comprenda las razones por la que ese acto concreto es no deseado. Se pueden usar palabras como, ¿en qué te equivocaste?, ¿cómo crees que se sintió tu hermano cuando le dijiste esa grosería?, ¿cómo te sentirías tú que te hiciera eso?
Después de este pequeño diálogo, sonreír, alegrarse y volverlo a integrar al juego, felicitándolo por el razonamiento que hicieron. No agregue más castigos.
El lugar para pensar usted le puede llamar, silla de hablar, rincón de la calma, rincón de la paz. En la que puede poner algunos juegos tranquilizadores como un franco de la calma. Puede poner dos sillas para luego hablar, pueden ser almohadones en el piso. Puede pintar las paredes de un rosa suave.
Ayuda mucho si se hacen ensayos con los niños antes de un momento crítico, que ellos entiendan bien la dinámica y las razones por las que se hará. Informarles que en esos 10 minutos, será un tiempo fuera, que no se va a platicar, solo a calmarse, luego van a pensar.
Le dejo la siguiente frase para que reflexione: “El niño que no respeta a su padre y a su madre, no respetará a nadie”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo