Guatemala ocupa un deshonroso segundo lugar en América Latina en pobreza, con un porcentaje por arriba del 60 %, lo que significa que de cada 10 guatemaltecos por lo menos seis están en pobreza o pobreza extrema.
En el podium únicamente nos supera Honduras. En tercer lugar Haití, y en cuarto México. Según el último informe de pobreza de la Cepal, documento que revela que los resultados son desastrozos para nuestro país.
Esta es una de las razones por las que, cuando se escucha a un dirigente del sector privado organizado decir que todo está bien en Guatemala, molesta el cinismo con el que defienden el sistema actual. No significa que vayamos a cambiar totalmente de sistema, pero sí hacerlo más humano, menos egocéntrico.
De acuerdo con la información más reciente, que reporta el informe de la Cepal, en 2016 el número de personas pobres en América Latina llegó a 186 millones, es decir, el 30.7 % de la población, mientras que la pobreza extrema afectó al 10 % de la población, cifra equivalente a 61 millones de personas
En los ultimos 15 años, el número de pobres en América Latina ha disminuido, según la Cepal para el 2002 había 233 millones en pobreza y 63 millones en pobreza extrema. Los datos de la misma Cepal citan que para 2016, 187 millones se encuentran en situación de pobreza y 62 millones en pobreza extrema. Por lo menos 46 millones dejaron la pobreza, pero sólo un millon dejó el umbral de la pobreza extrema.
En los últimos tres lugares de la lista de pobreza se encuentran: Uruguay, penúltimo Chile y antepenúltimo Brasil. Estos tres países son los más exitosos en el combate de la pobreza. Si analizamos el sistema económico de cada uno, encontramos neoliberales (Chile), con tendecias socialistas (Brasil y Uruguay), lo que significa que el modelo no es el determinante. Lo que se requiere es una política de Estado que vaya encaminada a la generación de oportunidades.
Dentro de las políticas a establecer para la disminución de la pobreza está la lucha contra la corrupción desde una dimención holística. Lo que implica comprender que hay corrupción en el Gobierno, en los tres poderes y también en el sector privado, hechos que involucran incluso al ciudadano común.
Algunas de la acciones urgentes para lograr una disminución de la pobreza pueden ser: un aumento en el gasto social, salud, educación y programas sociales deben incrementar su presupuesto por lo menos en un 10 % cada año. Eliminar los beneficios fiscales a las grandes empresas como mineras, generadores y distribuidores de energía eléctrica, licoreras, cementeras, avícolas, productores de azúcar, palma africana, maquiladoras, etc.
Pero la acción más importante que todos los guatemaltecos deben realizar es elegir bien a nuestras futuras autoridades. Este período de gobierno dirigido por Jimmy Morales está por concluir; bueno, faltan 21 meses, pero afortunadamente ya son pocos. Pasará a la historia como el peor de los gobiernos. Seremos los electores los que tendremos la responsabilidad, en 2019, de elegir, y en nuestras manos está el futuro de los millones de pobres que tiene Guatemala.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.