Según (Fernández, 2001), las virtudes humanas dan a la persona un equilibrio y una disposición para obrar el bien y evitar el mal, pues iluminan de continuo la inteligencia y fortalecen la voluntad. Una de las virtudes que practicaba San Luis Rey de Francia era la PACIENCIA. Por eso afirmaba: Escuchar con paciencia es a veces mayor caridad que dar. Decía: sufro el infortunio de convertirme en un rey sin gloria, triste, a quien no se le escucha y no se le sigue y, lo que es peor, no se le cree. Me quedo en Acre convencido de la extrema amargura de mi corazón. Sé que no podré volver a Francia. He pedido la autoridad, y pido a Dios la fuerza y la paciencia de sufrir este infortunio en silencio.
La paciencia es la virtud humana que le permite a hombres y mujeres soportar todo tipo de contratiempos y cuantas dificultades se le presenten en la vida. Es un regalo de Dios al ser humano.
Según, https://definicion.de/paciencia/, la paciencia es la capacidad que posee una persona para tolerar, atravesar o soportar una determinada situación sin experimentar nerviosismo ni perder la calma. Una persona con paciencia no suele alterarse. El arte de la paciencia requiere muchos esfuerzos y sacrificios.
Considero que en la actualidad esta virtud es indispensable para todos, porque vivimos en un mundo lleno de prisas, estrés y mediocridad. Se requiere paciencia para con quien desobedece, porque se le dice una cosa y hace otra; con el que no respeta las señales de tránsito; con los políticos que trabajan como tortugas en la solución de los problemas sociales. En fin, el ser pacientes nos permite vivir en calma y nunca perder la paz. El ser impacientes nos produce sufrimiento y muchísimas insatisfacciones.
Entonces, reflexione sobre la manera cómo está viviendo la virtud de la paciencia en su familia y en el trabajo, en su empresa y en la iglesia. Y es que debe ser paciente hasta consigo mismo. A veces uno quisiera cambiar muchos malos hábitos, pero no siempre se persevera en este proceso de conversión. Hay que ser pacientes para escuchar la voz de Dios en lo más profundo de nuestro ser, para hacer la voluntad de Él y no la nuestra.
Finalmente, quiero afirmar que el modelo de la virtud de la paciencia es Jesús. Jesús es paciente para con los pecadores. Muchos vemos la paja en el ojo del hermano, pero no vemos la viga en el nuestro; en más de alguna ocasión condenamos a los demás porque los sorprendimos “pecando”, como la mujer del Evangelio que es acusada por los escribas y fariseos, y que según ellos debía morir apedreada (Jn 8, 1-11).
Pero, a pesar de haber sido mala onda con los otros, Jesús dice: Yo no quiero la muerte del pecador, sino que se convierta y viva. Jesús es paciente y misericordioso. Si Dios sabe esperar, nosotros debemos aprender a esperar y nunca perder la paz.
Razones para perder la paciencia hay muchísimas. Todos los días somos testigos de las “estupideces” de algunas personas. Pero al mismo tiempo, razones para mantener la calma hay muchas. Que las estupideces de algunos no le arrebaten su paz interior. Demuéstreles que usted es “educado” y no solo “instruido”. Dios les bendiga.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.