Todas las sociedades han utilizado la Filosofía para vivir más y mejor, tanto individual como colectivamente. Como constancia de los aportes de los grandes filósofos se ha escrito obras que se han convertido en libros clásicos.
En la época antigua prevalecieron los filósofos griegos, entre ellos, se mencionan a Sócrates, Platón, Aristóteles, René Descartes; todos dejaron grandes aportes filosóficos a la humanidad, no obstante, para comprender estos aportes es importante estudiarlos y aplicarlos a nuestra vida cotidiana. Estudiar por estudiar los aportes filosóficos, no tiene sentido, es preciso practicarlos para convertirnos en mejores personas.
Sócrates, decía a sus estudiantes: Conócete a ti mismo. Este principio filosófico, aún, tiene validez en la actualidad porque nuestro mayor y mejor esfuerzo debe ser conocernos en profundidad, y propiciar que nuestros estudiantes se conozcan. Sócrates, deseaba que sus interlocutores conocieran sus fortalezas, debilidades, habilidades y destrezas. También, cuando analizaba temas de la vida cotidiana, decía: Yo solo sé que no se nada. Daba a entender que el conocimiento es profundo y amplio, por lo mismo, el proceso de conocimiento debe ser permanente. No basta obtener un título, sino, se debe aprender permanentemente y ser siempre humilde, es decir, comprender que es muy poco lo que llegamos a conocer.
Su método de enseñanza y aprendizaje era la mayéutica, en griego, significa parto. La madre de Sócrates era partera y por esta razón comparaba el proceso filosófico con el proceso de dar a luz. La partera ayuda a dar a luz, pero, no es quien da a luz, decía; el mismo proceso debe realizar el filósofo o el educador en la reflexión en profundidad. La partera provoca el parto, en el parto hay dolor, pero, al final se experimenta una gran satisfacción; a este proceso se le denomina: Ironía socrática, que consiste en escuchar a su interlocutor, luego, -Sócrates-, planteaba preguntas retadoras o profundas, hasta que el interlocutor descubra la verdad, pero, recordemos que el filósofo o el educador no es quien da a luz, sólo contribuye. Este método de la mayéutica podemos utilizarlo en el proceso de enseñanza y aprendizaje. El Profesor debe estar preparado para facilitar el alumbramiento, obvio, no todos podemos acompañar el proceso de alumbramiento, pero, recordemos, la práctica hace al maestro.
Indiscutiblemente, este proceso de reflexión llevará a los estudiantes a desarrollar diferentes capacidades, destrezas y habilidades, pero, fundamentalmente, la capacidad de análisis crítico y en profundidad. Después de escuchar los niveles de conocimientos y experiencias de los estudiantes sobre algún tema, podemos plantearles las siguientes preguntas, -pero debemos considerar el nivel educativo en que se encuentran-, ¿Quién soy? ¿Por qué soy una maravilla en el universo? ¿Cuál es mi vocación? ¿Qué entiendo por felicidad? ¿Por qué debo estudiar? ¿Por qué debo hacer el bien? Recordemos que el filósofo o educador no es quien posee la verdad sino sólo facilita el proceso de alumbramiento. Es importante enfatizar que el educador debe ser filósofo. Se es filósofo cuando se asume el rol de una partera, que sólo ayuda al alumbramiento de la verdad. Continuará…