El concepto de DEMOCRACIA, es el más manoseado por los políticos: muy pocos lo honran y la mayoría, lo prostituye y lo aleja totalmente, de su verdadera esencia y contenido. Para digerirlo mejor, debemos principiar por la forma en que lo define la Real Academia Española. Aleatoriamente, tomamos tal y como lo conceptualiza, El PEQUEÑO DICCIONARIO LAROUSSE: “Régimen político en el cual el pueblo ejerce la soberanía por sí mismo, sin mediación de un órgano representativo”.
Para asimilarlo mejor, según el mismo diccionario, veamos lo que se entiende por soberano, y soberanía: SOBERANO (A): “Adj. Y s. “Que ejerce o posee la autoridad suprema o independiente. Que es muy grande o muy difícil de superar”. SOBERANÍA: “Cualidad de soberano. Dignidad o autoridad suprema”. Si tratamos de digerir lo más rigurosamente posible estos conceptos y los comparamos con la forma en que los utiliza la mayoría de los políticos, veremos el por qué que son ellos, precisamente, los que manosean y prostituyen el concepto de democracia y a quienes hay que escucharlos, recurriendo al binomio del por qué, se le acepta la necedad de creer que se le da la razón, a quien no la tiene: por cortesía, o por lástima.
Lo cierto es que bien entendida, DEMOCRACIA, es un concepto noble cuyas raíces históricas, la encontramos en Grecia y la cultura griega: fueron los griegos los que nos heredaron, varios siglos atrás este concepto que, en vez de respetarlo, irlo mejorando, honrarlo y perfeccionarlo para que llegue a ser una verdadera expresión de la auténtica soberanía en todos los países del mundo, los políticos, se han encargado de deteriorarlo hasta convertirlo en un vulgarismo político, portador del engaño y la mentira o su justa expresión, según sea el personaje que lo utilice.
Si alguien se lo propusiera, difícilmente encontraría un país en el mundo, donde exista una democracia 100% perfecta; los gobiernos y los países que los respaldan y los han llevado al poder, se han encargado y siguen encargando de degradarla: unos más, y otros menos, pero al fin de cuentas, la degradan; ejemplos los hay y en abundancia y ésta –la democracia- se degrada aún más, en las dictaduras y los gobiernos de facto.
Y uno de los grandes problemas que contribuyen a un mayor deterioro, es el tipo de democracia que encontramos en la estructura del poder y organización del estado que es a la que trato de referirme pues, el concepto de democracia, se utiliza también, en distintas formas de organización social, política y económica y, en este caso, lo que pretendo comentar, es si en nuestro país, existe o no, la democracia; si son democráticos los procedimientos mediante los cuales, en un proceso electoral, elegimos a quienes nos gobiernan: como presidente y vice presidente, diputados y concejos municipales. Criterio que también es aplicable a otros casos como magistrados, máximas autoridades universitarias, dirigentes estudiantiles, organizaciones patronales, sindicales y muchas otras formas de organización gremial que se podrían mencionar.
La pregunta, es: ¿existe la democracia a la hora de efectuar elecciones gubernamentales y en otras instancias además de las señaladas? Los o las convocantes, promotores y todos los participantes en a un proceso eleccionario, tienen la respuesta; a su respuesta, agrego la cita bíblica: “quien se sienta libre de pecado, que arroje la primera piedra”. Como ya se señalaba la democracia, en sentido amplio, difícilmente podemos encontrarla en algún país del mundo; más bien, sucede lo contrario y Guatemala, es un buen ejemplo: cuando un gobierno le miente y oculta sus acciones al pueblo; cuando no acepta se le señalen sus desaciertos; cuando no representa los intereses del pueblo que lo ha elegido; cuando no escucha al pueblo y desatiende las principales necesidades de la sociedad; en fin, cuando deslegítima los compromisos adquiridos y tantas cosas más que se podrían mencionar, está pisoteando la democracia y el gobierno, es el principal obligado a honrarla, fomentarla y defenderla.
En otro caso: cuando las máximas autoridades encargadas de organizar, vigilar e implementar en todas sus fases los procesos, no solo pecan de omisos sino también no investigan rigurosamente los procesos, además de otros errores, también están violando la democracia; cuando contribuyen a que dos de las aspirantes con mucha posibilidad de triunfar, quedan fueran de la elección, también están pisoteando la democracia. Podríamos mencionar otros casos que son del dominio público, pero preferimos ahorrar tiempo y espacio. Mucho de todo esto sucede porque en Guatemala impera, la democracia representativa: presidente, vicepresidente, diputados y muchos más, son nuestros representantes, pero solo representan sus intereses personales y particulares. En una democracia participativa participa el pueblo mediante consultas, en casos de alto impacto y esta posibilidad, está totalmente ausente en Guatemala.
Soy un profesional comprometido con la transparencia, la crítica y la propuesta, e identificado con los problemas sociales; los intereses y necesidades de los de a pie. / lufesaldy@hotmail.com