En el año 1532 inició su labor la Iglesia Católica en Quetzaltenango promovida por el Obispo Francisco Marroquín, denominándola como “Doctrina del Espíritu Santo”. Más tarde se constituyó como “Parroquia del Espíritu Santo”; y no es sino hasta hace un Siglo que se eleva a la categoría de “Catedral”, nombre con que se conoce cuando se organiza una Diócesis, denominación que se da al territorio cristiano en que ejerce jurisdicción eclesiástica un prelado, sea éste Obispo o Arzobispo, como en el caso de los Altos, Quetzaltenango-Totonicapán.
Del Templo original no queda nada. La fachada colonial de estilo barroco-plateresco que aún hoy puede observarse, se construyó a finales del siglo XVII y es lo único que queda en pie de una segunda construcción; el resto fue destruido por el terremoto del 9 de febrero de 1853 que dejó prácticamente en ruinas el templo. Adosado al mismo funcionaba una edificación utilizada como Convento por los Frailes Franciscanos, demolida en el siglo XIX al haber quedado afectada por el terremoto.
Como el Templo quedó prácticamente destruido desde 1853, es hasta el año 1899 que se procede a la demolición definitiva, quedando en pie únicamente la Capilla de la Virgen del Rosario, la fachada y un campanario, diseñándose una nueva iglesia, asunto que se confió al Ingeniero Alberto Porta, quien aportó dos propuestas: una de estilo gótico y la otra neoclásica. Habiéndose optado por la segunda, se iniciaron trabajos que fueron suspendidos con motivo del terremoto de 1902 que nuevamente destruyó parte de lo construido. El templo original tenía su cúpula principal y el Altar Mayor bajo ella, situado en la parte norte; hoy la nave central y el Altar Mayor se ubican hacia el oriente.
No es sino hasta el 16 de Septiembre de 1954 cuando finalmente se re-inaugura el Templo, ahora ya como Catedral, confiada a los franciscanos, dejando pendiente la reconstrucción de la fachada “interior”. Al traspasar la antigua fachada barroca se encuentra un Atrio, y luego del Atrio se construyó la nueva fachada de estilo Neoclásico bajo la responsabilidad de Monseñor Enrique Yarsebsky cuando fungió en los años 70 y principios de los 80 del siglo recién pasado como Párroco de Catedral.
Con el ascenso al poder de los liberales en el año 1871 se dio la confiscación de los bienes de la Iglesia, instalando el gobierno liberal en la Catedral y su convento adjunto un colegio para niñas.
Vale mencionar que después de un largo trámite, ¡de más de un siglo!, el bien inmueble en donde se sitúa la Catedral fue devuelto a la Iglesia en enero del año 2016.
Hoy la Catedral del Espíritu Santo es una bella obra terminada, que incluye en su interior una verdadera joya en imágenes y retablos; destaca la imagen del Padre Eterno, que fundida en plata representa al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Es una escultura única en su estilo.
Es muy visitada la imagen de la Virgen del Rosario, coronada el 7 de Marzo de 1983 por San Juan Pablo II cuando como Papa realizó su visita a Quetzaltenango. Esta imagen tiene su camerino en una Capilla dedicada a la Virgen del Rosario, Patrona de Quetzaltenango, que se ubica a un costado de la nave principal.
Vale mencionar que la fiesta anual de Quetzaltenango se celebraba antiguamente el 7 de Octubre, día de la Virgen. Pero los liberales en su momento obligaron a cambiar la fiesta del pueblo al 15 de Septiembre, en homenaje a la Independencia patria.
La Catedral de Quetzaltenango, por lo que representa y la belleza artística de su arquitectura e imaginería, es un icono de la Ciudad.