El 98% de los habitantes somos indígenas, el 52.77% son mujeres, el 86% vivimos en el área rural, el 28% son analfabetos, el 77.5% son pobres, el 41.10% viven en extrema pobreza, el 82% son desnutridos, lamentablemente así está el departamento de Totonicapán.
Estos datos se vienen mostrando desde hace muchos años, y al parecer, seguirá aumentando si las autoridades que tienen el “poder”, no se ponen la mano en la conciencia y administren la cosa pública con un poquito de dignidad.
Reitero la pregunta: ¿Cuál será más importante, quitar mantas publicitarias de partidos políticos o exigir el complimiento del plan de los 1000 días?
Sin temor a equivocarme, la Junta Directiva de Alcaldes Comunales de Cuarenta y ocho Cantones, se ha ganado a pulso el respeto y la autoridad en Totonicapán y en el país y eso lo sabe perfectamente el político corrupto y sinvergüenza, por eso ha tratado por todos los medios posibles de cooptarlo, pero, una de las características de la organización comunitaria, es que, no hay chance de reelección, sin lugar a dudas, eso nos ha salvado de una cooptación total, así mismo, la junta directiva de alguaciles de ambas quincenas, ha sido más vigilante en la toma de decisiones de Alcaldes Comunales, es decir, sin querer queriendo, en la organización comunitaria más antigua de los pueblos mayas, existe peso y contra peso.
¿Cuarenta y Ocho Cantones seguirá aceptando que gente mediocre siga administrando los recursos económicos y físicos del pueblo? Es imprescindible y urgente que se proceda a la convocatoria de profesionales para realizar una verdadera auditoría línea por línea, concepto por concepto, rubro por rubro del presupuesto general de ingresos y egresos que administra la municipalidad. Estoy seguro que, entre los comunitarios hay gente profesional de las distintas ramas de la ciencia, con mística y sobre todo con principios y valores para aportar lo mejor de sí, porque de la Controlaría General de Cuentas, no hay mucho que esperar.
Estamos hartos con las auditorias administrativas y financieras, donde el ente “investigador” llamada Contraloría General de Cuentas, encuentre hallazgos, impune multa, pero luego, hace rebajas de multas y al final, se pagan cantidades irrisorias, eso, si acaso se llegue a pagar multas, porque en la mayoría de los casos, se desvanecen los ajustes bajo la mesa. ¡Estamos hartos de eso! Reitero, urge auditorias forenses. ¿¡Cómo así, pero las auditorías forenses deben realizarla gente especializada!? Totalmente cierto, sin embargo, si el alcalde comunitario ha desempeñado el papel de juez, psicólogo, albacea, consejero, etc., las veinticuatro horas del día y un poco más, por qué no puede realizar una auditoría forense con el apoyo de profesionales de su comunidad. ¡Qué mejor auditor social que el mismo comunitario! Hasta cuándo vamos a permitir obras sobrevaloradas.
En el año 2011, el Ministerio Público siendo fiscal general la Lcda. Claudia Paz y Paz y la Lcda. Thelma Aldana, presidenta de la Corte Suprema de Justicia reconocieron el trabajo de la autoridad ancestral en el ámbito de impartición de justicia consuetudinaria, por ello, firmaron el Acuerdo Marco sobre mecanismos de coordinación entre la Justicia ordinaria y la indígena; porque traigo a colación este acontecimiento, simple y sencillamente porque la justicia impartida por la autoridad indígena, es verdaderamente pronta y cumplida. Si hemos tenido la capacidad de impartir justicia, qué nos impide supervisar, revisar, verificar cualitativa y cuantitativamente el presupuesto para determinada obra.
En nuestras comunidades, cuando una persona que está prestando un servicio en cualquier comité, es encontrado culpable por malversar o tomar dinero sin autorización de la comunidad, es sancionado moralmente y obligado a devolver lo tomado, pregunto: ¿Acaso no podríamos hacer eso con un vecino que ejerce funciones públicas municipales?
¡No basta con quitar mantas publicitarias de partidos políticos, el rol de la autoridad comunal en tiempos de corrupción, definitivamente debe tomar nuevos paradigmas!
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.