De todos los seres existentes en este mundo, uno de los más complejos es el ser humano. El hombre y la mujer son quienes más se parecen a Dios y quienes tienen la responsabilidad de hacer lo que Él hizo. Habrá quienes, que cuando se les habla de Dios, se ríen y les “vale”. Tienen ojos, pero no ven; tienen oídos, pero no oyen. Lo cierto es que Dios es importante en la vida de las personas. Haga un poco de silencio, para encontrarse con Aquel de quien depende toda su existencia.
Una de las etapas de la vida del ser humano que urge transformar es la “juventud”. No estoy en contra de que la juventud goce y disfrute su vida. Lo que sí no comparto es que se emborrachen hasta perder la conciencia, que fumen como si fueran chimeneas. Mientras estemos en este mundo, nadie puede cantar victoria. Pero estoy seguro que algo está pasando. Me da tristeza ver a tantos jóvenes metidos en maras y en un sinfín de ambientes no propicios a su edad. ¿Dónde estarán los padres de estos jóvenes? A veces los jóvenes creen que con el dinero pueden hacer lo que quieren. Sustituyen con cosas materiales lo que no tienen en casa. ¿Esto es obra de Dios? ¿No será que el diablo está haciendo de las suyas en el hogar?
Los jóvenes deben estar convencidos que el dinero y las cosas materiales no son fuente de felicidad. Deben aprender a hacer un buen uso de las cosas que el mundo nos ofrece. Se vale parrandear, pero sanamente. No hay necesidad de emborracharse para hacer catarsis. Luego de unas cuantas…ya salen lágrimas. Los jóvenes están necesitados de que alguien les escuche; pero como no tienen a nadie en casa, se van a la calle y allí se liberan. Luego todo mundo se entera de sus vidas, la cual, en vez de mejorar, empeora. Hay quienes llegan hasta los golpes.
La sociedad actual está en un declive moral y ético, pareciera que el hombre y la mujer están introduciéndose en un túnel sin salida. Hay que hacer algo. Recomiendo que cada uno colabore para ser pequeñas gotas de valores morales en dondequiera que esté.
Cundo una pareja ya no funciona, lo mejor es comenzar un buen proceso de discernimiento, y hacer decisiones. Pero, siento nostalgia escuchar a hijos de padres separados. Les duele que sus padres se hayan distanciado y ya no se acuerden de ellos. Yo siempre les digo a las parejas, que los problemas de pareja deben resolverse con la pareja; no con los hijos. Por amor, no hay que poner como escudos proyectores a los hijos, los cuales no tienen nada que ver con los problemas de la pareja. Ante este panorama, les propongo que juntos comencemos a construir una Nueva Civilización del Amor. Una civilización basada en valores que inspiren un cambio integral de vida en hombres y mujeres de todas las edades.
Cuando hablo de una civilización del amor, estoy hablando de una cultura impregnada de valores, que permita desarrollarnos de manera integral, y así se pueda impregnar de amor a otros espacios como el trabajo, la iglesia, el grupo, la empresa, etc.
Entonces, cuando alguien se mete a maras o acude a otro tipo de ambientes para evadir una realidad de soledad y depresión, no se ama y está construyendo una cultura de muerte. La ausencia de amor en el hogar, se busca en otro lado.
Una manera de amarme y amar a los semejantes, es entrar a mi casa (a mi interior), cerrar la puerta y encontrarme conmigo mismo y con Dios. Esa vuelta hacia sí mismo nos permitirá conocernos más. El conocimiento personal le hace más pleno, libre y feliz.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.