Previo a hablar de nación y nacionalidad conviene tener claros estos conceptos. Como sabemos el término nación se define como una “comunidad imaginada”, que basa su identidad en elementos muchas veces simbólicos como una historia común, y algunos otros elementos más concretos como la unidad de la lengua. En un estado como el nuestro, multicultural y pluriétnico, existen varias naciones (es plurinacional, de hecho), cosa por lo demás común en todos los Estados modernos. De manera que la “nacionalidad común” es la integración de las diversas comunidades nacionales existentes dentro del Estado. Es, al fin de cuentas, una yuxtaposición de tradiciones, costumbres y valores que se van integrando en expresiones comunes que conforman la guatemalidad.
Con frecuencia se aduce que muchos de los males que aquejan a nuestra sociedad guatemalteca derivan de la incidencia de España en nuestra historia, especialmente a causa de la Conquista y posterior colonización. Ello me parece una inculpación injusta y sesgada, pues si bien hubo desmanes de encomenderos y algunas autoridades, la Corona española dictó siempre normas y leyes de singular protección a los indígenas y de una ejemplaridad que aún hoy inspira los sistemas jurídicos de la mayoría de países Latinoamericanos. Es de destacar a Francisco de Vitoria (1483-1546), cuyas obras Relectio de Indis y Relectio de Iure Belli se promulgaron para resolver controversias suscitadas por los que no consideraban a los indígenas personas y que era lícito hacerles la guerra. Obras consideradas creadoras del Derecho Inter Gentes (entre naciones), y reconocidas como precursoras del Derecho Internacional actual.
En los inicios de la conquista y colonización venían a América guerreros resueltos a todo, hombres de gran temple que asumieron sacrificios y calamidades, y que se protegieron con las corazas, caballos y pólvora; pero también es cierto que entre ellos venían hidalgos, personas educadas; y consta que España envió nutridas caravanas de hombres vestidos de toscas jergas, sin armaduras ni pertrechos bélicos, pero imbuidos de un elevado espíritu, sedientos de conquistar almas para el cristianismo. Es así como los primeros avasallaron fundando ciudades organizadas según la tradición española con magnificas iglesias, palacios, ayuntamientos, acueductos y otras edificaciones que aun hoy observamos y utilizamos. Los segundos con gran mansedumbre y amor conquistaron el alma de los nativos; prueba de ello es el ejemplo de las Verapaces y otras regiones, como en la del Señorío de los Nicaraos. Y así como en los inicios de la Conquista las bestias fueron usadas para propósitos bélicos, luego sirvieron para la carga, redimiendo a los nativos de la costumbre de llevar sobre sus espaldas pesadas cargas.
Importante es el esfuerzo de la Corona española por la formación de la familia bajo las Leyes de Indias. Los cánones promulgados en el Concilio de Trento fueron declarados de aplicación universal en toda América, obligando, según Real Cedula de 12 de julio de 1564 la libertad y pleno consentimiento de los contrayentes. Otro cambio importante en el aspecto social fue la introducción del matrimonio monógamo, evitando así la poligamia que fue común entre los indígenas. Se prohibió que los españoles solteros estuviesen más de 3 años en esa condición.
Con la llegada del cristianismo, que equipara al hombre y la mujer en derechos y deberes, se dignificó a la mujer; hay una larga lista de mujeres que ocuparon altos cargos en la administración pública durante la época de dominio español sobre Guatemala. Otro asunto social de gran importancia legislado por la Corona de Castilla fue la abolición de la esclavitud indígena el año 1542; mucho antes que la mayoría de reinos coloniales.
La instalación de la Imprenta en 1660 por Payo Enríquez de Rivera facilitó la producción literaria en obras de filosofía, literatura, matemáticas, industrias y religión. La educación es un tema importante de recordar. Hay evidencia que en el siglo XVIII había en la ciudad de Guatemala 14 instituciones docentes, solo en la metrópoli, cuando ésta contaba con solo 30,000 habitantes. Y la universidad de San Carlos de Borromeo (hoy universidad estatal), inició en Santiago de los Caballeros (hoy Antigua Guatemala), tan pronto como en el año 1676.
La propiedad también fue preservada durante la Colonia. El Rey Felipe II emitió ordenanza en 1573 que prescribe respecto a la tierra comunal: “(…).se ha de señalar ejido en tan competente cantidad que aunque la población vaya en mucho crecimiento siempre quede bastante espacio a donde la gente se pueda salir a recrear y salir los ganados sin que hagan daño”.
El régimen de Municipio es un trasplante del viejo municipio castellano; órgano que da impulso a las aspiraciones sociales, y que en su momento sirvió de freno a los privilegios señoriales de las propias autoridades de la Corona. El Municipio sirvió como tribunal de justicia y academia del ornato citadino.
En resumen; el idioma, el cristianismo, la cultura occidental, el respeto al Matrimonio y la Mujer, el Derecho y la institución del Municipio son algunos de los elementos que forman una síntesis, no un agregado, con factores coordinantes que hacen de Guatemala una Nación con nacionalidad en la que la cultura de España ha incidido profundamente en nuestra historia.