Humberto Garavito nació en la Ciudad de Quetzaltenango el 26 de Enero de 1897, hijo de Agustín Garavito y María Suasnávar. Inició su formación artística en su Ciudad natal, lugar en que conoció y compartió con dos geniales artistas: Carlos Mérida, quetzalteco como él, y Jaime Sabartés, español que más tarde sería secretario de Pablo Picasso. Fue Sabartés quien le dio el sobrenombre de “el niño pintor”, en un artículo de prensa posterior a una exposición en el año 1916.
Humberto Garavito casó con Berta Josefina Pontacq, dama quetzalteca de origen francés, con quien procreó tres hijos, María, Marta y Rafael.
Su profesionalización la hizo en el extranjero; primero en México, en la Academia de San Carlos del año 1919 a 1921, en donde inició una amistad con el gran muralista Rufino Tamayo; y luego en Madrid, España, como ganador de una beca Alfonso XIII concedida a destacados iberoamericanos, en donde estudió en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, habiendo realizado en ella, en 1924, una exposición de su obra, la que fue muy bien criticada, partiendo luego a Alemania y Estados Unidos para volver a Guatemala el año 1927 para hacerse cargo de la Academia de Bellas Artes, cargo que ocupó hasta el año 1935. Su experiencia europea marcó un antes y un después en su arte.
Su obra plástica la realizó especialmente en óleo sobre tela, con un estilo naturalista en cuadros de diversas dimensiones, especialmente retratando paisajes, por lo que se le considera como el “descubridor” del colorido y armonía que plasmó en una gran variedad paisajística de Guatemala, especialmente del lago de Atitlán al cual pintó desde diferentes lugares y con toda la luz y colorido que reflejan sus atardeceres. Hizo también pintura figurativa en la que representó el colorido y singular belleza de los trajes indígenas.
Humberto Garavito fue el iniciador de una “escuela guatemalteca” de pintores naturalistas entre los que destacan Valentín Abascal, Hilary Arathon, Miguel Ángel Ríos, José Luis Álvarez, Jaime Arimany y Antonio Tejeda. Corriente que sigue vigente en jóvenes de la plástica de Quetzaltenango y Guatemala. Formó una rica pinacoteca con pinturas de Mérida, Abularach, Arathon, Gálvez Suarez, Ossaye, Ríos, Quiroa, Rojas, Valenti y otros maestros de la plástica guatemalteca.
Miguel Ángel Asturias, el Nobel de Literatura, escribió sobre él en 1926: “¡Garavito ha triunfado en Paris! Esta noticia debe propalarse por toda Guatemala con la premura del fuego en las pajas secas, entrando a las casas, a los templos, a las plazas, a los teatros; alegrándonos a todos como si se tratase de nosotros mismos por tratarse de uno de los nuestros”. Cardoza y Aragón escribió en el Diario de Centroamérica el 1 de Enero de 1926: “Montañas de América. Campos de América. Rostros de bronce de los indios. Se oyen los cuchicheos de sus charlas en lenguas primitivas. Hago en un instante un maravilloso viaje a la patria. En un instante puedo sentir el sabor ácido de sus labios nobles y admirar la gracia de sus caderas morenas y firmes. Carlos Mérida, el gran Mérida, y Humberto Garavito son en este momento dos nombres perfectamente definidos”.
Por ello, y por su prolífica obra plástica, Humberto Garavito, el que fuera “el niño pintor” fue distinguido en 1958 con la Orden del Quetzal otorgada por el Gobierno de la Republica. Y la Universidad de San Carlos le nombró “Emeritissimum” en 1960.Humberto Garavito falleció el primero de Junio de 1970; sus restos están enterrados en el Cementerio General de su ciudad natal, Quetzaltenango.
La “Escuela Regional de Arte Humberto Garavito”, instalada en el Centro Intercultural de Quetzaltenango, ofrece un bachillerato en arte, además de clases libres en pintura y escultura. En ella se guarda el espíritu del gran artista que fue el “niño pintor”.