La estructura de su habla, modifica la realidad.
¿Sabe usted qué poder tiene la palabra? Su bienestar, progreso y realización están influenciados fuertemente por lo que oye.
El inconsciente graba la información recibida, ya sea intencional o de broma. Si el habla en negativa, entonces su mundo emocional será negativo. Hay personas que se expresan constantemente de forma pesimista, catastrófica y amargada. Cuando se le hace una propuesta tienen un, “pero” para cada cosa, un, “¡oh nooo!”, y un sonido de, “¡qué desgracia!”. Si usted recibe de ellas un bombardeo negativo constante de seguro que resultará con amargura.
Hay padres que programan negativamente a sus hijos con frases como, “te vas a caer”, “vas a perder el grado”, “estás mal”. También con el lenguaje no verbal les hacen caras de desaprobación, indiferencia y menosprecio. ¿Cómo puede un padre tratar a un niño indefenso así?
Hay vendedores que ofrecen sus productos en negativo con el enunciado, “no me compra queso”. Y hay empleados que para hacer una solicitud empujan al jefe a que le diga que no, al decirle, “no me va a dar permiso, verdad”.
Usted hable diferente. Prográmese a ponerle atención a lo positivo. Todo lo que le suceda tendrá algo bueno, si usted lo quiere ver así. Sea portador de buenas noticias, en lugar de decir, “demonios, está lloviendo” diga, “les tengo una buena noticia, está lloviendo”.
Si alguien viene con una información catastrófica, usted búsquele lo positivo a la situación. Cuando alguien le diga, “te cuento que me despidieron”, usted responda, “formidable, ahora puedes trabajar en lo que te gusta”. Cuando alguien le comente, “fíjate que me accidenté”, usted dígale, “me alegro que me lo estés contando”. Y si alguien murió en el accidente puede decir, “qué bueno, que ahora está descansando”.
Haga preguntas en positivo, para obtener resultados favorables como, “¿desea tomar un café?”, en lugar de, “¿no desea una tacita de café?”, “¿quiere que colabore con usted en su empresa?”, en lugar de “¿no me da trabajo?”, “¿me das una mano?” en lugar de, “¿no te da pena verme trabajando sin ayudarme?”.
Sea amable en todo momento, esfuércese por agradar a los demás, que cuando se vayan de su lado, se retiren como mejores personas y más felices. Acaricie de forma calurosa y respetuosa, con gestos, tactos y palabras. Sonría que es la mejor muestra de lenguaje no verbal positivo.
Le dejo la siguiente frase para que reflexione: “Una palabra afectuosa positiva es más poderosa que una bomba, pero no se nota porque es silenciosa constructiva”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo