El presidente de Guatemala decretó un toque de queda debido a la amenaza latente de la propagación en el territorio nacional de la pandemia Covid-19, desde que esto sucedió existen opiniones encontradas respecto a si es necesario o no y las consecuencias, o si es una exageración, sin embargo, en el año 1991 se decretó toque de queda por la epidemia del cólera morbus y en 1970 debido a la guerra interna en el país.
Más que las opiniones, los hechos demuestran a nivel mundial que los seres humanos no comprenden la magnitud de la enfermedad, por distintos medios se ha informado que no hay que salir si no es necesario, existe un gran porcentaje de la población que lo tiene que hacer debido a que vive de lo que gana cada día, porque trabaja en servicios de salud, farmacia, expendios de comida, etc., o porque pierde su trabajo si no llega, pero, existe otro gran porcentaje de la población que aunque en su trabajo le hayan dado el permiso para no llegar, no se quedan en casa.
Existe evidencia en otros países de que éste porcentaje de la población que se siente de “vacaciones”, se convierten en portadores y transmisores del virus, razón por la cual, los presidentes se han visto obligados a restringir de manera obligatoria la movilidad de las personas, en otras palabras, ya que ellas mismas no cuidan su vida el Estado se ve obligado a resguardarla.
Desde el primer día se dieron más de 900 capturas por infringir el toque de queda, ha quedado en evidencia que esto es solo el reflejo de que en la sociedad se ha perdido todo respeto por las normas, es decir, existen personas que creen que pueden hacer lo que quieren en todo, quienes no tienen opción y deben salir porque su situación económica no les permite otra cosa el Estado debe buscar opciones, pero, en cambio hay otros que se sienten hasta inmunes y creen que la enfermedad simplemente no les llegara y si les llega no morirán.
El respeto y ejemplo de cumplimiento de normas debe empezar por nuestras autoridades, pues, aunque el organismo ejecutivo haga el esfuerzo por preservar la vida (podría hacerlo mejor), necesita el apoyo de los otros organismos del Estado y de la población en general ya que la pandemia está presente en el país, sin embargo, hay funcionarios que creen que llegar a un puesto público significa que las leyes no les aplican y que pueden hacer lo que quieren incluso en una emergencia.
El fin de semana un diputado no identificado como comisión de fiscalización, en un vehículo que no lo resguardaba de contraer el virus o contagiarlo, con acompañantes sin la protección, fue uno de los primeros en violar el toque de queda, el que haya infringido la ley no es culpa de los PNC que lo llevaron a tribunales, solo cumplieron con su deber, es injusto que se les investigue cuando siguieron el protocolo, la cual es de quien no respeta las normas, por eso y más razones si es necesario el toque de queda, los funcionarios deben predicar con el ejemplo.