La vida es el regalo más grande, más sagrado que el Ser Supremo nos ha dado. El Artículo 3 de la Constitución Política de la República de Guatemala dice: “El Estado garantiza y protege la vida humana desde su concepción, así como la integridad y la seguridad de la persona”.
En el actual contexto de los guatemaltecos y de muchas personas en el mundo, todos tenemos que unirnos para proteger la vida. Los actuales diputados del Congreso tienen que legislar en beneficio del bien común, y no sólo de sus propios interés. El Presidente y su Gabinete de Gobierno también deben hacer todo lo posible para proteger la vida de los habitantes de este país.
La Iglesia Católica, Evangélica y otras denominaciones, de igual manera deben tomar decisiones encaminadas a la protección de las personas. Esta es la razón por la cual se han cerrado las iglesias: queremos el bien para todos.
Los pequeños y grandes empresarios, también deben colaborar para proteger la vida de las personas que tienen bajo su responsabilidad. Tienen que actuar según la ley y no aprovechar este Estado de Calamidad para martirizar a sus trabajadores.
Todos debemos proteger la vida, colaborando con las autoridades civiles y eclesiásticas. Es triste, que casi todos los días las autoridades capturen a cientos de personas por no respetar el Toque de Queda. Y en algunos lugares, hasta se ha rebelado la gente, aún sabiendo que están actuando en contra de la ley. Lo que sí no comparto es que hayan dejado en libertad a dos diputados que encontraron bolos en pleno Toque de Queda.
Tan fácil que es respetar las leyes. Tomen en cuenta que no es por “molestar”, sino por el bien de todos. El Coronavirus no es un chiste. Hasta el momento me parece correcto el proceder del Gobierno central y de la manera cómo nuestras autoridades eclesiásticas han asumido la amenaza del Covid-19. No soy analista político, pero por lo que veo, algunos diputados ya comenzaron a “fastidiar”, tal como ha sucedido con los de Xela, que hace algunos días le dieron la espalda al pueblo. Más de alguno ha intentado defenderse, pero entre su cantinfleo no aclara nada. ¿Qué les habrán dicho? ¿Quién les lavó el cerebro?
Me alegra la actitud que los chapines hemos asumido ante el Coronavirus. El Presidente dijo que los mercados estarían abiertos de 4:00 Am a las 12:00 del mediodía; y varios guatemaltecos han madrugado para salir a vender sus productos a los mercados, en las esquinas de las calles, en los semáforos y en las puertas de las casas. Los chapines somos trabajadores, solidarios y proactivos.
Todos queremos vivir. Y estamos haciendo hasta lo imposible por conseguir lo necesario para sostener a las personas que tenemos bajo nuestra responsabilidad. Es en este contexto en donde también tenemos que encomendarnos a Dios. Dios jamás abandona a quien le pide con fe y perseverancia.
Dios no se está haciendo el sordo ante esto que estamos viviendo. Dios sabe lo que necesitamos. Lo que se nos pide es hacer un poco de silencio; y en el silencio hablar con ese ser Supremo que nos ama sin medida.
La vida es corta. Aprovechemos el don de la vida para ponerla al servicio de los demás. Comparta lo que tiene. No acumule cosas. Si usted comparte lo que Dios le ha dado, la vida misma le devolverá con creces lo que usted da de corazón.
Un saludo cordial a todos los que no pudieron quedarse en casa: policías, bomberos, autoridades de Gobierno, periodistas, policía de Tránsito, médicos, enfermeras, repartidores de medicinas y alimentos. Me enorgullece ver a los policías, que en sus patrullas portan la bandera y llevan puesto el Himno Nacional de Guatemala. Escuchar el Himno en el silencio de las calles y avenidas de las ciudades y de los pueblos, me toca las fibras del corazón. El ver hincados a los trabajadores en los supermercados, a los policías en sus estaciones, a los fieles cristianos en sus casas, es indescriptible. ¡Dios está con nosotros!
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.