El 26 de abril se conmemora en Guatemala el Día de la Secretaria. Es un día dedicado a reconocer la labor, responsabilidad y amabilidad que diariamente muestran en el trabajo estas impecables profesionales que siempre se ganan el puesto de “mano derecha del Jefe”, (Orozco, 2015). Es importante que los jefes tomen conciencia del papel que desempeñan las secretarias y darles el trato que se merecen.
La palabra “secretaria” viene del latín “secretarius” que significa “secreto”, y se refiere a aquella persona que se responsabiliza de todos los secretos de primera mano del jefe y de la empresa. Una secretaria maneja la agenda del jefe, y jamás debe revelar a nadie el paradero de su jefe, o de lo que tenga que hacer.
En toda istitución, la secretaria es quien tiene a su cargo la responsabilidad de servir de enlace entre los clientes y la empresa; entre los clientes y el jefe. Al jefe le asiste en la toma de decisiones. Quienes son secretarias saben, que muchas veces le han salvado el pellejo a su jefe. El papel de la secretaria es más que responder el teléfono y hacer llamadas telefónicas; su papel no se reduce a ordenar expedientes. La secretaria es el vínculo de la empresa con el personal y los clientes.
Por lo tanto, una secretaria debe tener madurez humana, espiritual y competencias administrativas y pedagógicas que le permiten hacer de la excelencia un hábito, (CELAM, 2011, pág. No. 45). Además de las características antes mencionadas, es de suma trascendencia que las secretarias tengan una buena autoestima y seguridad personal. Estas últimas cualdades son clave para desempeñar un trabajo de excelencia. En ningún momento tienen que sentirse menos que el jefe o del respto del personal. En muchas empresas las secretarias saben más que los mismos jefes.
¿Cómo manifiesta su madurez humana una secretaria? Teniendo la capacidad de manejar emociones en sus relaciones con toda la empresa. Cuando se frustre, ha de aceptar que no siempre las cosas salen bien. Jamás debe reaccionar desproporcionadamente delante de los clientes. “A solas” puede desahogarse, pero nunca delante de los trabajadores y clientes. Una secretaria ha de poseer la capacidad de “resilencia”, es decir, autocontrolarse y manejar sus reacciones desproporcionadas de manera proporcionada.
Cuando una secretaria se “sale de sus casillas” no es resilente y está permitiendo que los demás destruyen su paz y alegría; y lo peor es que dejan mal vista a la empresa. Los valores que nunca debe olvidar poner en su cartera son: responsabidad, integridad, paciencia, comprensión y amor. Los valores éticos y espirituales son clave en el buen desempeño de su trabajo como secretaria.
Por este medio quiero desearles a todas las secretarias muchas bendiciones de Dios en su vida personal, familia, laboral y profesional. Sigan haciendo su trabajo de una manera extraordinaria. Posiblemente su jefe y sus compañeros no se den cuenta de su trabajo y la juzguen injustamente. Pero usted trabaje para qudar bien con Dios. Trabaje para Dios. Si su jefe no valora su esfuerzo y dedicación, hay un Jefe (Dios) que tarde o temprano le recompensará las lágrimas derramadas sobre el teclado de su computadora o sobre el escritorio de su oficina.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.