La interrogante más enigmática del ser humano es: ¿Quién soy? Las respuestas son tan diversas como seres humanos existen en el mundo. Algunos prefieren no hacérsela, porque hacérsela implica hacer un proceso de introspección que trae a la conciencia acontecimientos del pasado no tan agradables al presente de cada uno.
La vida está llena de prisas que impiden “hacer un alto” y asombrarse de los propios sentimientos y emociones. ¿Quién soy? En algunas ocasiones se cometen acciones que dejan voces como: “yo no sé por qué hablé de esa manera, porque yo no soy así; la verdad no sé qué me pasó”. A veces alguien quiere pedir perdón y no lo hace, o expresar el amor que siente y no se atreve. ¿Por qué? Porque se actúa según estereotipos y hábitos aprendidos a lo largo de la vida.
Grüm, (2008) expresa que “no es fácil contentarse con ser quien es uno. Preferiría ser como éste o como aquella…le gustaría tener la inteligencia y su éxito. Pero entonces anda siempre persiguiendo la dicha, sin alcanzarla nunca. El único camino que lleva a la sintonía con uno mismo es la renuncia a todo aquello que no corresponde al verdadero ser de uno”. No se es lo que los demás dicen que se es.
Dentro de cada uno hay un sinfín de hábitos y pensamientos programados desde la niñez que impiden entrar en sintonía con el “yo profundo” y descubrir al verdadero yo y a Dios. Es recomendable desprogramarse de ese montón de programaciones pasadas para poder disfrutar más y mejor el presente.
En lo íntimo de cada quien se descubre que se es especial, que se ha nacido para ser feliz y propagar el amor de quien nos ha creado por amor. Se toma conciencia de que los temores, miedos y las falsas creencias irracionales han impedido amar sin miedo para transformarse a sí mismo y a los demás. Y si a esto se le agrega una baja autoestima, complejos de inferioridad y una mentalidad pesimista de la vida ¡Terminamos amolados!
Este año 2019 he aprendido que la vida es un constante presente. Hoy está vivo y más tarde ¡quién sabe! Por lo tanto, el único momento que tiene para dejar ese pasado negativo y mediocre que le ha esclavizado por años es…”ahorita”. No desperdicie su tiempo en rumiar las cosas negativas del pasado.
Ahora bien, el pasado tiene muchos momentos agradables y positivos. Esos momentos los puede traer a la memoria presente y que le ayuden a sobreponerse a los problemas que tiene. Lo cierto es que con el pasado no se puede hacer nada, más que verlo desde el presente y darnos cuenta que Dios nos dio muchas oportunidades para compartir, perdonar, hacer una llamada telefónica a un ser querido, agradecerle a alguien un favor, pero….nunca lo hicimos, porque creíamos tener el tiempo suficiente para hacerlo.
Zubiri, (2012) expresa que “el hombre es siempre el mismo, pero nunca lo mismo”, es decir, mi esencia es la misma, mi materia prima es la misma, pero siempre estoy en constante cambio, “todo fluye” (Heráclito). Intente responder con sinceridad a esta pregunta ¿quién soy? y le garantizo que descubrirá aspectos de su personalidad jamás soñados. El conocimiento de sí mismo le permitirá disfrutar más el “aquí y ahora” de la vida.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.