La palabra “justicia” es uno de los valores fundamentales a los que aspira el Derecho, y consiste en darle a cada quien lo que le corresponde por lo que ha realizado, es decir darle su merecido por lo que hizo o dejo de hacer.
La Justicia Penal Juvenil tiene su fundamento en la Constitución Política de la República, y su ley específica es decir la Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia que regula todo lo referente a la responsabilidad penal de los Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal.
La Constitución Política de la República establece que los menores de edad que transgredan la Ley Penal son inimputables, y que su tratamiento estará orientado hacia una educación integral para la Niñez y la Juventud, y una ley específica regulara la materia.
Esto significa que los menores de edad (Adolescentes en Conflicto con la Ley) comprendidos en una edad de TRECE hasta los DIECIOCHO AÑO que cometan un delito en contra de la vida, integridad, libertad, patrimonio e indemnidad sexual de las personas van a ser juzgados por lo que hicieron, a través de un proceso específico para los adolescentes, donde se respeten sus derechos individuales que les asiste, tomando en cuenta que no han alcanzado una capacidad física para ser juzgados como adultos.
Las sanciones (penas) que se les impone a los Adolescentes es dependiendo de la edad con la que cuenten en el momento de la comisión del delito (Transgresión a la Ley Penal); si el Adolescente está comprendido en una edad de los TRECE hasta los QUINCE AÑOS, la sanción (pena) va ser de hasta DOS AÑOS, y si la edad está comprendida entre los QUINCE hasta los DIECIOCHO AÑOS, la sanción que se les impone es de hasta SEIS AÑOS, esto dependiendo de la gravedad del delito cometido por el Adolescente.
Los delitos más comunes que cometen los Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal son: Asesinatos, Homicidios, Robos, Extorsiones y Violaciones.
En la mayoría de los casos en donde participan los Adolescentes son utilizados como un instrumento de los grupos antagónicos denominados “maras”, y esto se debe a que los adolescentes han sido olvidados por su familia, el Estado y la sociedad, aspectos que se reflejan especialmente en aquellos hogares disfuncionales o muchas veces los papas salen a trabajar temprano para ganarse el sustento diario y regresan por la noche, dejando a sus hijos a merced de esos grupos criminales que resultan ofreciéndoles algún beneficio de tipo económico o sexual con el fin de cooptarlos y tomarlos como parte de su estructura criminal, estos adolescentes residen en zonas marginales o rojas donde no tiene acceso ni siquiera a los servicios básicos que requiere el ser humano para su desarrollo integral.
El Estado tiene que reaccionar y frenar ese flagelo, sacando a los niños, niñas y adolescentes del peligro que representa para la sociedad en general ese fenómeno que día a día sufre la juventud de nuestro país.