A las causas que corrientemente se aducen para explicar la creación del efímero Estado de los Altos (1838-1840), esto es: la lucha entre liberales y conservadores; el temor existente entre los quetzaltecos “ladinos” por una posible sublevación indígena; y la situación caótica que en lo económico y político vivía el Estado guatemalteco, se debe agregar una más: la relativa al descontento que existía en la región occidental de Guatemala, al igual que en el resto de provincias de Centroamérica contra la Capitanía General, por cuanto esta privilegiaba instituciones coloniales, especialmente el Consulado de Comercio, entidad que gozaba de ser la única con el derecho de importar y exportar productos a la metrópoli (España); ésta hegemonía explica también el porqué, inmediatamente después de declarada la Independencia de España, algunas provincias del Reino de Guatemala se unieron al también efímero Imperio mexicano de Iturbide, buscando con ello restar la hegemonía que ostentaba la Capital guatemalteca. La Federación de Estados Centroamericanos concluyó en 1840, cuando Morazán intentó por las armas invadir el territorio guatemalteco con el afán de mantener la unión, siendo vencido por Rafael Carrera.
La creación del Estado de los Altos se discutió por primera vez en las Cortes de Cádiz de 1812, pero no fue sino hasta en la Asamblea Constituyente de la Federación Centroamericana el 27 de abril de 1824 cuando don José de Suasnávar, Jefe político de Quetzaltenango, entregó al gobierno el ”Informe que sobre la erección de un Estado compuesto con los pueblos de los Altos”, como se indica en articulo “Auge y caída del Estado de los Altos”, ver paginas 84, 85 y 86.
El primer gobierno “provisional” del Estado de los Altos se integró por don Marcelo Molina, don José Gálvez y don José Aguilar; fungiendo como comandante del ejército, y luego vice-presidente don Agustín de Guzmán, quien derrotó a Rafael Carrera en Semetabaj, Sololá, cuando éste intentaba invadir Los Altos en 1838, perdonándole Guzmán la vida a Carrera. Más tarde Carrera tomó por la fuerza el gobierno de Guatemala, derrocando al presidente Carlos Salazar (17 de abril de 1839), y abolió el pacto Federal. A causa de ello, los liberales se refugiaron en Quetzaltenango. Coincidiendo en el tiempo, el Gobierno del Estado de los Altos se opuso rotundamente a la toma de las Islas de Roatán en Honduras por los ingleses, postura que provocó el enojo del cónsul inglés, Chatfield, quien procuró que los 1,000 fusiles que venían para el Estado de los Altos le fueran entregados a Carrera, dejando al ejercito de los Altos sin capacidad bélica. Ante esta realidad, el gobierno de los Altos fortaleció la conscripción de impuestos, lo que provocó, el 1 de octubre de 1839 un motín indígena en Santa Catarina Ixtahuacán, sofocado por el ejército de los Altos, con un saldo de 40 indígenas muertos, razón que usó Carrera como justificación para “liberar a los indígenas del yugo de los ladinos quetzaltecos”, intentando forzar al gobierno de los Altos a la firma de una paz forzosa, a lo que Marcelo Molina se opuso, dando pie a que Carrera ordenara a su Mayor General y lugarteniente Doroteo Monterroso invadir Quetzaltenango, lo que sucedió el 28 de enero de 1840.
Un segundo intento de creación del Estado de los Altos se dio el 2 de Abril de 1840, cuando Carrera se vio conminado a dejar el gobierno de manera temporal; pero a su retorno atacó Quetzaltenango, fusilando al alcalde don Roberto Molina (hermano de don Marcelo), y a los miembros de su Consejo Municipal.
La historia del Estado de los Altos es eso, una historia pasada, y como tal un hito para recordar.