Una de las acciones políticas del gobierno del Estado de los Altos fue la firma, el 10 de Agosto del año 1839, de un “Tratado de amistad y alianza” signado por el representante de El Salvador ante el gobierno del Estado de los Altos, el señor Doroteo Vasconcelos y el secretario general del gobierno altense, el señor José Antonio Aguilar, acuerdo en el que a solicitud de los altenses se incluyó la propuesta de unificar con el resto de las provincias de Centroamérica un reclamo ante el gobierno inglés, acorde a lo definido en la primera Asamblea Constituyente del Estado de los Altos, la que estipuló: “Excitar al Ejecutivo, y a los otros Estados, para que acuerden, como lo exige el honor patrio, que mientras el gobierno de Su Majestad Británica no restituya a Centro América la isla de Roatán, ninguna producción inglesa sea admitida en la República…” exigiéndole así, mediante el boicoteo de la producción, retirarse de la isla de Roatán, Honduras, que había sido invadida por piratas apoyados por la “pérfida Albión”.
Durante la época colonial, en varias ocasiones los ingleses habían tomado posesión de esta estratégica isla, pero en esta oportunidad, aprovechándose de la debilidad en que se encontraba España luego de la invasión francesa, y de que aún no se consolidaban los gobiernos de las nuevas naciones centroamericanas, la isla fue nuevamente invadida por los ingleses. Cuando el cónsul británico asignado a la República Federal de Centroamérica, el señor Frederick Chatfield, (1801-1872), se enteró de la propuesta planteada por los altenses, mostró su disgusto escribiendo una abusiva misiva al gobierno del Estado de los Altos, en la que no solamente exigía una manifestación pública retractándose de tal propuesta, sino que incluso se permitió sugerir el texto que la misma debía contener. El gobierno altense por su parte desatendió el desaguisado del Cónsul Chatfield, aumentando con ello su malestar.
Sucedió que por la misma época el gobierno del Estado de los Altos había comprado y pagado por anticipado en Belice, pero de fabricación inglesa, 1,000 fusiles para equipar su incipiente ejército, armamento que se hacía indispensable para protegerse del asedio y oposición del gobierno de Guatemala a la “secesión” autonómica, armamento que nunca llegó a manos de los altenses debido a que el cónsul ingles intervino para que el mismo fuera desviado a favor del gobierno de Guatemala, quien lo utilizó contra el Estado de los Altos, en la invasión dirigida por el Brigadier Rafael Carrera y Turcios quien una vez dominado al desarmado ejercito de los Altos, fusiló el 2 de abril de 1840 en el parque Central al gobierno completo, incluyendo a su Presidente don Roberto Molina y Mata y demás miembros.
El enojo del Cónsul inglés le llevó a vengarse del Estado de los Altos, con una acción realmente malévola y alevosa. Y no solo actuó contra al Estado de los Altos, sino también contra Guatemala, pues fue el mismo Frederick Chatfield quien propuso al secretario del Foreign Office, Lord Palmerston, que Gran Bretaña mantuviera la ocupación de Belice como “colonia” británica.