Hay coincidencia generalizad en cuanto a la preocupación sobre el curso que está tomando la llegada y evolución del CORONAVÍRUS: ya se ha señalado y es necesario insistir en que, esta pandemia, es más grave de lo que suponía. En tanto no esté plenamente socializada la gravedad del problema, la situación tenderá a empeorar y frente a esta realidad, no se puede pecar de un falso optimismo. A esta preocupación, hay que agregar la polarización que está en puerta entre algunos sectores, y el gobierno por las disposiciones que está tomando y quienes controlan la producción, distribución y consumo de bienes y servicios y en eso, tanto gobierno como sectores productivos por las disposiciones que se están tomando y quienes se sienten afectados por ello, existen actitudes, especialmente contra el Presidente y, quien lo dude y tiene posibilidad de acceder a internet, basta con que busque en you tube CRONOS TIME; aquí encontrará videos sobre el particular porque, los hay, y en abundancia.
Esta pugna (si se puede calificar como tal), se percibe como una lucha entre quienes pretenden y quieren forzar volver a la normalidad y la postura gubernamental, o sea entre LA SALUD, Y LA ECONOMÍA: lo primero busca defender la vida, lo segundo, la producción, los dos, habrán de ponerse de acuerdo para lo procedente para encontrar una solución equilibrada sin riesgos y sin más daños, que los que ya está resintiendo, la sociedad guatemalteca.
El día anterior a cuando se redactaba este artículo, según información oficial, hubo 771 contagiados y 35 fallecidos; la cifra, de por sí, ya es alarmante y mal presagio pues según estas variables (contagiados y muertes), estas cifras, vienen en aumento y así pueden seguir sin no se hace una rigurosa revisión de las acciones que se vienen tomando por parte de las autoridades encargadas de diseñar la estrategia para controlar la pandemia que, en vez de reducir el número de afectados, los viene aumentando. Algo que no puede dejarse de señalar, es los grados de inconformidad que se están presentando por parte de algunas personas y otros casos que pueden empeorar la situación, y lo más grave: se pueden generar problemas colaterales si no se atiende esto con la seriedad y prudencia que la situación requiere.
Los reclamos que hemos rescatado de los videos e internet, son muchos, agresivos y, en muchos casos, con calificativos fuertes, especialmente, contra el Presidente y quien, en algunos casos, da respuestas con tinte hepático más que tolerante, lo cual contribuye a la polarización entre las partes. La intolerancia, casi siempre, contribuye a la polarización y, lo que debe buscarse y fomentarse, es la comprensión y el mutuo entendimiento entre las partes frente a posibles o presumibles desacuerdos.
El CORONAVÍRUS, es una pandemia mortal que está recorriendo el mundo; son excepcionalmente raros, los países donde no ha llegado y esto, supuestamente, porque los gobiernos han sido rigurosamente cuidadosos para impedirlo. Los demás países, están siendo afectados y cada uno de sus respectivos gobiernos, está luchando por enfrentar el problema.
En el caso de Guatemala, aunque pequemos de repetitivos, la situación es por demás, alarmante: los contagiados y fallecidos, siguen constantemente en aumento; los hospitales y otros centros habilitados para atender a los contagiados, está cas saturados; en no pocos casos, las autoridades están rebasadas por el incumplimiento de las disposiciones en vigencia; la falta de un programa riguroso de información que cubra hasta los rincones más apartados del país, hacen que algunas personas, sea por ignorancia o imprudencia, estén expuestas a contagios en mayor escala, tantas otras cosas que sería largo mencionar, que son del dominio público y conocimiento del gobierno.
Algo que no se puede dejar de mencionar y sería injusto no hacerlo, es el papel que, en esta crisis, están desempeñando médicos, paramédicos, enfermeras (os) y todo el personal administrativo y de apoyo e incluyendo servidumbre y hasta los mensajeros, conserjes muchos más de quienes, han pagado con la muerte, los nobles servicios que están prestando para enfrentar esta pandemia.
Por cierto, dado que el número de médicos es insuficiente para enfrentar la demanda de estos profesionales y según los medios de comunicación, se está considerando la posibilidad de incorporar como tales, a los cursantes del último año de medicina que cursan esta carrera, no se sabe si en todas, o solo a quienes estudian en la Universidad de San Carlos. Cualquiera que sea la situación en tal sentido, debe meditarse cuidadosa y responsablemente por los riesgos que ello supone: puede resultar más caro el caldo que las albóndigas o, para decirlo en términos médicos y farmacéuticos: puede salir más cara la medicina, que la enfermedad.
Soy un profesional comprometido con la transparencia, la crítica y la propuesta, e identificado con los problemas sociales; los intereses y necesidades de los de a pie. / lufesaldy@hotmail.com