Gracias a Dios por permitirme escribir mi último artículo de opinión del año. Desde la perspectiva económica gubernamental, no se lograron concretar varias metas, especialmente la recaudación fiscal, hasta noviembre la SAT había recaudado 59 mil 391 millones 400 mil quetzales, sin embargo, lo presupuestado asciende a 64 mil 27 millones 700 mil quetzales; es decir, faltando únicamente el mes de diciembre hay un déficit de 4 mil 636 millones 300 mil quetzales; sin embargo, tomando como referencia lo recaudado en diciembre 2018 -4 mil 250 millones de quetzales-, la brecha fiscal será de 386 millones de quetzales. Ojalá mis cálculos fallen y que la Administración Tributaria nos dé resultados positivos, porque a decir verdad tienen la tecnología a la mano, la infraestructura y la capacidad técnica humana para lograr los objetivos de recaudación.
Por otro lado, desde que tengo uso de razón, la balanza de pagos siempre ha sido negativa -el sector privado, a pesar de las preferencias que le otorga el Gobierno, importa más bienes y servicios que lo que exporta- según el Banguat, al segundo trimestre del año llevamos acumulados en números rojos 3 mil 307 millones 500 mil quetzales. Esto es inaudito.
Si hacemos un comparativo, entre las divisas recibidas por el Gobierno por concepto de Exportaciones versus REMESAS FAMILIARES –así con mayúscula-, nos quedan a deber los empresarios exportadores. En lo que va del año 2019, el país recibió divisas por exportaciones –sobresaliendo, banano, café, azúcar y cardamomo- la suma de 6 mil 978 millones 418 mil 700 dólares, mientras que, por concepto de Remesas Familiares, la suma es de 9 mil 567 millones 505 mil 500 dólares. Fuente: Banguat. Pregunto: ¿Y los migrantes –migrante propiamente dicho y su núcleo familiar-, reciben el mismo trato, las mismas preferencias y prerrogativas que el empresario exportador? Cuando un empresario exportador desee importar materia prima para transformarla con fines de exportación, el sistema bancario o el mismo Gobierno, a través del Ministerio de Economía, le otorga préstamos para realizar su actividad lucrativa –no estoy diciendo que eso es malo-, sin embargo, cuando el ciudadano común y corriente forzado a migrar por la falta de empleo y de oportunidades reales de desarrollo económico y social, por la delincuencia y pobreza, debe HIPOTECAR o VENDER su tierra con el coyote, para poder realizar su “sueño americano”, porque del sistema financiero del país y menos del gobierno, jamás es considerado como sujeto de crédito.
Qué paradoja, según la Dirección General de Migración, el número de compatriotas deportados vía aérea –proveniente de EE. UU.- se incrementó este año, hasta noviembre, la cifra es de 49 mil 806, un promedio mensual de 4 mil 528; el año pasado -2018- fueron 51 mil 376, es decir, un promedio mensual de 4,281 personas, así las cosas, este año, fácilmente se rebasará esa cifra. Otra interrogante: ¿Hasta cuándo el gobierno hará lo mínimo para parar las deportaciones?
Otra comparación monetaria, para que talvez así, el Estado haga algo a favor del migrante. La diferencia entre REMESAS FAMILIARES y Recaudación Fiscal hasta el 30 de noviembre es de 14 mil 272 millones 77 mil 800 quetzales, es decir, un 24 % superior.
Conclusión: Se va el año 2019, nos dejó muchas cosas positivas, el MP al fin accionó contra el TSE, entidad otrora respetada y con credibilidad, hoy por hoy, causante del mayor fraude electoral de la historia reciente de Guatemala; se fue la CICIG, hoy, estamos convencidos que su trabajo fue vital y trascendental para combatir la corrupción.
Bienvenido 2020, nos espera un arduo trabajo, el cual debemos hacerlo con Respeto, Responsabilidad y Honradez. Feliz año a todos.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.