Mente veleidosa, voluntad antojadiza.
La falta de atención se observa principalmente en el niño que salta de actividad en actividad, de forma rápida y compulsiva. Le resulta difícil mantener la concentración por un tiempo prologando en algún objeto. Se nota más en que les aburren los juegos rápidamente. Esto influye negativamente en la escuela, porque ahí necesita atender por más tiempo al profesor.
El déficit atencional es un trastorno neurobiológico, donde un área del cerebro está inmadura, lo que le provoca dificultad en adaptarse al sistema educativo. Muchos de los niños que lo padecen, captan muy rápido el contenido que se enseña e inmediatamente dejan de prestar atención, y normalmente se ponen a hacer desorden. Por eso es que se asocia el Trastorno de Déficit de Atención con la Hiperactividad: TDAH
Algunos médicos apresuradamente medican a los niños con estimulantes, lo que no resuelve el problema, es más lo empeora. Pues el niño no aprende a autocontrolarse. Algunos padres tienden a ser permisivos con el desborde de estos niños, se ponen irritables, autoritarios e impacientes, demostrando incapacidad de controlarlos y controlarse. Incluso puede ser que alguno de los padres también haya padecido el TDAH.
La clave para mejorar esta condición y ofrecerle al niño una buena adultez, es la autorregulación. Si el niño aprende a detenerse, a aumentar el umbral de concentración, a darse cuenta, entonces podrá adaptarse a la sociedad cuando sea mayor, Si no lo hace, hay mal pronóstico, pues le esperan conflictos interpersonales fuertes, desarrollar bipolaridad y hasta poder llegar a actos delictivos.
Para aumentar su autorregulación, se le deben poner límites claros y lógicos. Detenga al niño cuando tenga esas compulsiones que generan desorden, transgresiones, diciéndole, “ALTO, observa lo que está pasando acá contigo”. Sujételo enérgicamente para que le preste atención, y haga que observe y comente. Si ha tirado sus lápices y ha ofendido a los compañeritos, hágale hincapié en la conducta esperada. Luego pídale que cierre los ojos y que respire lento y profundo, para calmarse. Dígale, “aprende a calmarte y a poner atención”. Esto le generará conciencia.
Haga juegos de turnos, con los niños para que él aprenda a esperar su turno, a respetar las normas de juego y a relentizar su motricidad. Sea firme en las normas, no sea permisivo en ningún momento, marque claramente las conductas que él no debe hacer. Con esto de seguro aumentará sus capacidades atencionales.
Le dejo la siguiente frase para que reflexione: “Carácter es el arte de dominar el temperamento propio y ajeno para el bienestar propio y ajeno”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo