Todos o casi todos en este cortísimo tiempo desde que hizo su aparición COVID 19, más de alguna vez nos hemos hecho esta interrogante, ¿Cuándo volveremos a la normalidad? Buscando la definición de esta mágica palabra, el Diccionario de la Lengua Española nos indica: “Cualidad o condición de normal” o sea, “Volver a la normalidad”. Es decir, dicho de una cosa: Que se halla en su estado natural, habitual u ordinario. Entonces, ¿cuándo volveremos hacer las mismas cosas que solíamos hacer antes de COVID 19?
Pero, no solo nosotros estamos con esa incertidumbre, en todos lados se preguntan lo mismo, la señora Denise Maerker del programa mexicano En Punto, en entrevista realizada al Dr. Hugo López-Gatell –Subsecretario Prevención y Promoción de la Salud en el gobierno Mexicano-, le hizo la misma pregunta, “Dr. ¿Cuándo vamos a regresar a la normalidad, es decir, a la vida que teníamos antes?”, sin titubear un solo instante, la respuesta del Dr. López-Gatell fue “lo más probable es que nunca”, es más, con toda contundencia indicó que, “debemos acostumbrarnos a una nueva normalidad”.
En ese orden de ideas estimados lectores, debemos ir acostumbrándonos a una nueva normalidad, porque simple y sencillamente nunca volveremos a la normalidad, esto, si en verdad como ciudadanos de a pie queramos ser protagonistas para enfrentar a COVID 19 y lograr de alguna manera su mitigación. No hay otra alternativa, no hay otra salida, por el momento no hay medicina, vacuna o cosa parecida para combatir esta epidemia. No debemos volver hacer las cosas que antes hacíamos y que nos parecía común, ordinario, habitual, natural y hasta jocoso. Por ejemplo: Los buses, microbuses, aviones, trenes, metros, incluso, Tuc Tuc, deben ser abordados cuidando la sana distancia o el distanciamiento social.
Definitivamente ya no volveremos a ver, aquellos microbuses repletos de pasajeros, donde tres y hasta cuatro personas iban colgadas de la puerta, con la cabeza dentro del microbús y casi todo el cuerpo fuera de ella, esas “doradas pero temibles” escenas serán parte de la historia. Viene a mi mente, allá por los años 77 al 81 del siglo pasado, siendo ayudante de bus extraurbano, indicaba –bueno, más bien, gritaba- a los pasajeros ¡córrase, córrase, donde caben tres, caben cuatro!; esas y otras expresiones populares del medio, serán parte del pasado, es decir, NUNCA volveremos a la normalidad; que gracias a COVID 19 nos dimos cuenta que no estábamos haciendo bien las cosas, recordemos, COVID 19 se transmite y se propaga única y exclusivamente de persona a persona a través de gotas muy pequeñas que salen expulsadas de la nariz y boca al estornudar, toser o simplemente hablar. Así las cosas, ¿cuál sería nuestra reacción como pasajero o como usuario del sistema bancario que, alguien no guarde su distancia y se ponga a toser o estornudar a centímetros de nuestra espalda?
Sin duda, como personas inteligentes y coherentes con la realidad, es más, cuidando lo más sagrado que Dios nos ha dado –LA VIDA-, nos adaptaremos a esa nueva normalidad, reitero, eso no cabe ninguna duda. Sin embargo, la parte complementaria e importante para contener o combatir a COVID 19 y así regresar a la nueva normalidad, es responsabilidad del Estado, de eso no hay vuelta atrás. Los que hacen gobierno, tiene responsabilidades constitucionales so pena de incurrir en delitos penales si hicieren lo contrario. Según la OPS, la fórmula para combatir la propagación del COVID 19, se plantea desde tres ejes: Distanciamiento social, más capacidad de exámenes y la preparación de los servicios de salud. El primer eje –Distanciamiento social-, es responsabilidad exclusiva de la ciudadanía, mientras que los dos ejes siguientes, los debe y tiene que ejecutar el gobierno. Entonces funcionarios públicos, ¿quién con una luz se pierde?
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.