La corrupción y la impunidad, es un mal endémico que, con honrosas excepciones, ha invadido y contagiado a no pocos funcionarios y aún a trabajadores de mediano y bajo nivel, en los tres poderes del estado guatemalteco y, tan nociva es esta condición y sus perjudiciales resultados y consecuencias, como urgente y necesario resulta pensar en la esperanza porque las administraciones que habrán de ser renovadas y derivarán del proceso electoral en curso y, quienes lleguen al gobierno, vía renovación del poder, piensen en organizar una nueva administración: transparente en lo económico, político y social. Partiendo de esta reflexión, y la crisis derivada de estos males que confrontamos en Guatemala, es necesario también, reflexionar sobre que, los aspirantes a ocupar la presidencia, las diputaciones del organismo legislativo, el parlamento Centro Americano, las alcaldías y sus concejos municipales, tengan, cuando menos, un diagnóstico de la situación en el país y el o los espacios geo políticos, donde habrán de desempeñarse. De igual importancia resulta que el candidato presidencial y los aspirantes a diputados tengan, cuando menos, nociones de lo que significa conocer la estructura del poder y del Estado; de igual manera, los aspirantes a las alcaldías y quienes habrán de integrar los concejos municipales, deberán conocer, cuando menos, el Código Municipal y leyes que regulan su desempeño y las condiciones de la administración que pretenden reemplazar. Solo reflexionando sobre esta reflexión (valga la redundancia), estarán en capacidad de, en lo posible, prepararse para desempeñarse con honradez, capacidad y transparencia gubernamental y administrativa.
Partiendo del cochinero por el que han transitado los corruptos y corruptores que con honrosas excepciones nos han gobernado durante las últimas administraciones a nivel nacional, departamental y municipal y, conscientes de la robadera de que hemos sido objeto los guatemaltecos con esos vicios, todos los aspirantes a gobernarnos en estos tres niveles, deben saber que, para convencer a los electores, deben abordar, en sus discursos, como temas prioritarios y obligados: LA CORRUPCIÓN, LA IMPUNIDAD Y LA TRANSPARENCIA ADMINISTRATIVA; no hacerlo, es pecar de intención u omisión y eso, en pocas palabras, implicaría generar desconfianza en los electores ya que podría interpretarse que no se pretenden enfrentar, los tres principales problemas que se confrontan en Guatemala: la corrupción, la impunidad y la falta de transparencia administrativa y gubernamental. Es obvio que, además de estos temas obligados, los aspirantes, deben cambiar el discurso tradicional para inspirar en los electores, la confianza que debe respaldar la emisión del voto: por decirlo coloquialmente, el pueblo ya no se traga frases huecas, discursos demagógicos y vacíos, carentes de contenidos creíbles y otro montón de mentiras que solo un ingenuo (por no utilizar otro término que principia con P) puede creer; si el aspirante, no entiende esa realidad, el engañado, será él. Además, tenemos que aceptar que no es empapelando y manchan paredes, postes y otro montón de ocurrencias, como se gana una elección; el pueblo ya ha despertado y son los corrutos y corruptores de los últimos gobiernos, los que se han encargado de despertarlo. Los discursos y los resultados de la elección, nos lustrarán sobre estos supuestos: nos dirán que tan cerca, o alejados, estamos de estas apreciaciones.
No podemos concluir sin referirnos a algo que consideramos igualmente importante; ese algo, es el PLAN DE TRABAJO O DE GOBIERNO. El Plan de Trabajo, es la columna vertebral de la oferta electoral; no debe ser mercancía barata, por el contrario: debe ser objetivo, realizable y, en lo posible, fácil de entender (es dirigido al pueblo y no a tecnócratas); para elaborarlo, los candidatos deben auxiliarse de que gente que conozca su oficio y no de charlatanes para no pecar de un falso optimismo, o de sueños irrealizables. Un Plan de Trabajo o de Gobierno, no necesariamente, debe ser rimbombante; puede ser sencillo, entendible y realizable; debe descansar, principalmente, en tres ejes: EL QUE, EL COMO Y EL CON QUE. En el QUE se descarga la o las obras que se pretende realizar; en EL COMO, debe descargarse la estrategia a utilizar, si se trata de infraestructura, administración y beneficiarios y, en el CON QUÉ, el origen y aplicación de los recursos: el financiamiento. Claro que, en todo, con claridad y previo conocimiento de los espacios y áreas, donde hará de realizarse lo ofrecido. Ya más adelante, según posibilidades y espacio disponibles, trataremos de abordar otros temas sobre el particular.
Soy un profesional comprometido con la transparencia, la crítica y la propuesta, e identificado con los problemas sociales; los intereses y necesidades de los de a pie. / lufesaldy@hotmail.com