En estos días el congreso tendrá la enorme responsabilidad de elegir al profesional que tendrá en sus manos la tarea titánica de combatir la corrupción en el sector gubernamental. Es de esperarse que si el grupo mayoritario de diputados forma parte del Pacto de Corruptos, elijan a un corrupto. Pero no sólo es culpa de los congresistas, gran parte de la culpa será para la comisión de postulación. Integrada por Decanos y representantes de los Colegios Profesionales.
En primer lugar uno de los errores en el proceso de conformación de la comisión es el voto de los empleados de la contraloría. No deben votar y tampoco deben ser parte de la comisión. Primero no es ético, existe un conflicto de intereses. Por ejemplo para elegir Presidente “no votan” los militares, miembros del ejército, no pueden, porque están eligiendo al comandante General, lo mismo debe replicarse con el caso de la contraloría, los subalternos de este funcionario no pueden elegir a su medida al futuro jefe, esto de por si ya condiciona los nombramiento a lo interno del ente fiscalizador.
Por otra parte si el Contralor no cumple con la defensa y cuidado de los activos del Estado, también deben ser sancionados quienes lo eligieron. Debieran de multar a los miembros de la comisión. Y prohibir que opten a un puesto en la institución fiscalizadora.
Tampoco los diputados poseen objetividad para elegir al Auditor Gubernamental. ¿Si se es corrupto, a quien elige? Seguramente a un cómplice. Los diputados señalados de malversación, asociación ilícita, fraude, incumplimiento de deberes y otros delitos estarán interesados en nombrar a un cómplice, que tape sus faltas, que los encubra, pero sobre todo que les permita seguir derrochando los recursos y obteniendo ganancias de tipo personal en contubernio con empresarios de diversos sectores.
No faltara algún diputado que afirme «El Contralor es un empleado de los diputados» lo afirmaron con el Procurador como no hacerlo en este caso, también dirán nosotros lo pusimos cuando queramos lo despedimos. El que quiera llegar al puesto debe pactar con los diputados, estos pedirán beneficios, incluso plazas para sus allegados.
Lamentablemente así esta armada la farsa con la que se realiza el proceso de selección y nombramiento del futuro Contralor General de Cuentas de la Nación.
Tremendo teatro realizado en donde lo que cuenta nos la capacidad profesional de los que se postulan, mucho menos el plan de trabajo. Lo importante es lo que se pacta con los grupos de congresistas y funcionarios públicos que hoy tienen cooptado el Estado. No sorprenderá que al final del proceso los distinguidos diputados nombren a “UN COMPLICE” y no a un “CONTRALOR”.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.