Ante los diversos acontecimientos que se dieron durante el año 2015 y hasta 2019, un grupo de empresarios vieron afectados sus negocios con el Estado, beneficios, prebendas. La corrupción se hizo evidente por el Ministerio Público y por la Comisión Internacional contra la Impunidad, CICIG. Aunque la población lo sabía, por rumores bastante evidentes, no existían pruebas.
En un inicio al caer los funcionarios en el «Caso la Línea», «Negociantes de la Salud», «Odebrech», en este último se tocó a la familia Sinibaldi, una muy poderosa. Luego se descubrió el financiamiento ilícito que involucró a integrantes del CACIF, caso que los obligó a pedir perdón al pueblo. Financiaron a Jimmy Morales, lo llevaron al poder y contribuyeron al mayor descalabro institucional que ha vivido el país. Muerte, desnutrición, pobreza, analfabetismo dejo.
Al verse descubiertos los grupo delincuenciales enquistados en el Estado, se reunieron y buscaron la forma de retomar el control del país. Los actores relevantes, aquellos cuyas familias han, literalmente, vivido de los recursos gubernamentales, protegidos sus negocios y garantizadas sus utilidades, idearon la estrategia de recuperación. Dos metas eran importantes, primero sacar de la escena a la CICIG, segundo comprar la «libertad de expresión del pensamiento», la prensa. Pará eso el presidente, los diputados, la fiscal general y los magistrados debían unirse, no todos por supuesto.
Con el apoyo gringo, específicamente de Donald Trump, quedó fuera Ivan Velásquez y la CICIG, primer objetivo alcanzado. La prensa, debía ser cooptada con dinero, no del gobierno. Cancelar pauta publicitaria en medios independientes el primer paso, luego expulsar a columnistas independientes.
El caso del noticiero de Guatevisión es un ejemplo de cómo operan estos empresarios amigos del país. Sacaron al director el periodista Haroldo Sanchez, y se acabo la crítica al gobierno, el análisis de la realidad social y política. Para nada les importo la audiencia, en realidad a ningún medio le interesa, porque no pagamos por la información, los que pagan son los anunciantes. Terminaron con el programa “Sin Filtro”, primero exigieron que llegaran invitados que fueran afines al sistema corrupto y luego lo cerraron. Finalmente reestructuraron el noticiero en su totalidad, cambiaron el formato.
Para rematar incluyeron el programa “Razón de Estado” y a su flamante presentar Dionisio Gutierrez, un personaje que se cree Presidente de la República, quien con un vocabulario florido ataca a todo aquel que no comparta sus ideas, los invitados son única y exclusivamente sus allegados, algunos no tan cercanos, pero que puedan ser debidamente instruidos para utilizar palabras confusas y a favor de ellos. Ahora también se transmite en emisoras de radio, en donde han exigido que siempre alguien a fin a sus ideales vaya y los defienda en todo programa de opinión.
Estos grupos han comprado Universidades, periódicos, medios de comunicación y todo aquello que les interese, que sea útil para fortalecer y mantener su status quo. Lograron su objetivo, sacaron a la Cicig y compraron los medios de comunicación que pudieron. Estos cuatro años de gobierno tienen todo a su favor, un Presidente a fin, un congreso dividido y las cortes deliberantes.
Así las cosas, la “Libre emisión del pensamiento”, derecho humano, norma constitucional, o como usted guste llamarle es una farsa, dura en tanto se lo permitan los poderes económicos que dirigen este país.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.