El 1 de junio de cada año se celebra el día del Contador Público y Auditor, ésta profesión tiene bastante campo de aplicación y existe diversidad de especialidades que se derivan de ella para aplicarse en el sector público, tributario, cooperativo, financiero, contable, y los auditores que laboran de forma independiente.
Desde hace varios años en Guatemala se han destapado varios casos de corrupción en la utilización de fondos públicos por parte de funcionarios y empleados, en todas las instituciones públicas laboran tres grupos importantes de auditores el primero son los que administran fondos en departamentos financieros, direcciones administrativas, consultores o asesores; el segundo los que fiscalizan la utilización de fondos públicos de forma externa o interna; y, el tercero los que fiscalizan la recaudación de tributos.
Si estos tres sectores de auditores cumplieran al cien por ciento con sus funciones serían un muro de contención que obligaría a los funcionarios públicos a actuar correctamente, con un grupo que falle, falla todo, de nada sirve que el sector de auditores tributarios fiscalice para recaudar ingresos tributarios si los que administran esos fondos los utilizan inadecuadamente, y, los que fiscalizan a esos administradores no dicen nada o no profundizan en las auditorías.
Con decepción vemos a Contadores Públicos y Auditores que se quedan callados cuando sus jefes les dan ordenes ilegales para sustraer fondos, adjudicar proveedores a dedo, pedir coimas, pagar facturas por bienes y servicios que no se dieron, desaparecer o sustraer documentos para no dejar evidencia, etc.; el sistema de corrupción a avanzado tanto que se premia a los que se prestan a actitudes anómalas y se castiga a los buenos empleados, da más tristeza cuando los que emanan ordenes ilegales son Auditores.
Aunque el sistema sea corrupto queda un eslabón que debe ser el más fuerte que son los auditores internos, pero en las instituciones donde hubo casos de corrupción por cantidades millonarias los departamentos de auditoría interna se quedaron callados, no se dieron cuenta y no existe evidencia de haber elaborado informes a la máxima autoridad de lo sucedido y que sucede aún en las instituciones públicas. Es acaso que son cómplices del sistema, hay que recordar que se comete el mismo delito al callar que omitir.
Por último es obligación moral y legal denunciar cualquier indicio de corrupción que se conozca, el Código de Ética del Contador Público y Auditor establece que éste actuará en apego a él, y es lógico ya que juega un papel decisivo en las finanzas del país convirtiéndose en un agente que puede hacer muchos cambios positivos.
Ahora que se acerca el día del Contador Público y Auditor quiero felicitar a todos los profesionales de la rama, especialmente a quienes si realizan sus labores íntegramente, en base a la legalidad e instarlos a que sigan actuando correctamente, a no quedarse callados, a no hacer caso omiso ante evidentes casos de corrupción, que se cubran las espaldas dejando su criterio y actuaciones por escrito y que no se queden callados ante las injusticias ya que con su trabajo engrandecen la profesión.