Desde aquel lejano pero cerquita a la vez 16 de abril de 2015 cuando la población de Guatemala y el mundo entero se entero que la Cicig sí existía –antes de esa fecha, casi nadie daba cuenta de su existencia-, no ha habido mes y año que se deje de conocer actos criminales de corrupción, caso tras caso, millones y millones de quetzales nos han robado esos criminales de cuello blanco.
En esta semana, gracias a la ayuda de la Cicig, la Fiscalía Especial Contra la Impunidad –FECI- del Ministerio Público, nos informa de un nuevo caso, se trata nada más y nada menos de “Asalto al Ministerio de Salud”. En dicho caso delictivo, nos robaron “supuestamente” más o menos 53 millones 900 mil quetzales, todo esto se dio bajo la excusa de reparar hospitales, centros de salud, construcción de centros y puestos de salud, otra vez, plazas fantasmas, etc., qué barbaridad, qué ingratitud, qué asco de “funcionarios” públicos, no hay palabras para nombrar a estas personas. Ah, y para variar fue en el tiempo del gobierno de Otto Pérez Molina -2012-2014-, por supuesto con el sello de Roxana Baldett, ¡qué joder!
Y, casi, casi estoy seguro que dentro de unos años –si acaso el MP haya logrado recibir la transferencia de capacidades departe de la CICIG o en el mejor de los casos, los corruptos sean derrotados y así prolongar la vida de la CICIG-, saldrá a luz pública el robo descarado que en estos precisos momentos está realizando la gavilla liderada por Jimmy Morales. La verdad, o comunitariamente hablando, “la pura verdad”, no me quiero imaginar cuánto de dinero desfalcaron para “cubrir” las emergencias del Volcán de Fuego.
Otra vez, ¿para qué nos hubieran alcanzado esos 53.9 millones de quetzales que nos robaron en el 2012? ¡Qué no hubiéramos hecho con tanto dinero! Sin embargo, no aprendemos la lección, pregunto: ¿Qué más nos tienen qué robar para que cambiemos de actitud?, tuvimos la oportunidad de depurar el Congreso de la República y no lo hicimos, vendimos nuestro voto. El 33% de los diputados lograron su reelección, a nivel de ejecutivo, otra vez, hay que votar más no elegir y votar por el menos peor. ¡Qué joder!
Al parecer, sí hay pisto en el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, por lo que exijo al ministro de Salud Pública girar sus instrucciones a donde corresponde, ¡pero ya!, a efecto que en la red hospitalaria del país, no falten los insumos médicos y se paguen los salarios justos y equitativos a todo el personal, es una vergüenza que hay personal que no gana el Salario Mínimo, otros profesionales son obligados a extender facturas por servicios profesionales, cuando a todas luces, se sabe, que están trabajando en relación de dependencia y como tal, deben y tienen que gozar de las prestaciones laborales que la ley establece. Sí hay pisto señor ministro de Salud, por lo tanto, exijo que se equipe todos los Centros de Salud, que hayan más Puestos de Salud y en cada aldea y caserío que haya un Centro de Convergencia y sobre todo equipado, ¡pero ya, señor ministro!
Estimado lector, los estudiantes del último año de Medicina del Centro Universitario de Occidente –CUNOC- que por cierto en este año son 182, atienden los Puestos de Salud más lejanos del Territorio Nacional, por ejemplo: Aldea Palachuj, San Sebastian, Aldea El Porvenir, Jacaltenango, Gracias a Dios, Nentón, todos del departamento de Huehuetenango, otros están en San Marcos, Quiché, Sololá, etc., ellos tienen que viajar más de 10 horas para llegar allí y para colmo, tienen que viajar a la sede del Ministerio de Salud –Ciudad Capital-, es decir, viajar más de 25 horas para recibir un “jugoso” salario de Un mil doscientos quetzales, y les pagan cada dos meses. ¡Qué joder!
Señor Ministro de Salud, sí hay pisto, hágase la campaña, págueles el salario mínimo a los casi médicos, deposíteles su dinerito en cualquier banco del sistema, ellos –los estudiantes- están trabajando, no tienen plaza fantasma.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.