El gobierno de Alejandro Giammattei cumplió este quince de julio seis meses, una octava parte de su periodo presidencial. Durante veinte años el Presidente libró una ferrea lucha por alcanzar el poder, campaña tras campaña invirtió millones de quetzales, negoció con cientos de personas de diversos círculos de poder, en todos los ámbitos. Recorrió el país muchas veces, tuvo tiempo suficiente para conocer a detalle los problemas en todas las areas.
Seguramente detalló en sus sueños la forma de abordar las multiples falencias, especialmente en salud, por ser médico, y en seguridad por haber administrado el sistema penitenciario. Ciento ochenta días pueden ser muy poco tiempo para evaluar la gestión de un mandatario, si hubiera sido un desconocido, sin un historial en la política y en la administación pública, así sería, pero no, el actual mandatario tiene experiencia, él lo manifestó en campaña, también dijo que su plan de trabajo fue construyendose paso a paso, con la experiencia de él y de un equipo de profesionales altamente capacitados.
Es verdad que la emergencia sanitaria que origino el Covid-19 afectó a la mayoria de países del mundo, el nuestro no es la excepción, de eso Giammattei no tiene ninguna culpa, al evaluar su trabajo eso no influye, lo que sí se toma en cuenta son las acciones a favor o en contra de la población en general.
La Constitución Política del país establece que el Estado se organiza para propiciar el bien común, por lo que el interés general prebalece sobre el particular. Desde esta óptica, sin caer en fanatismos, pasemos a calificar las acciones presidenciales.
En el área de salud el país acarrea históricamente un defícit, en médicos, camas e infraestructura, quién mejor que el señor presidente para saberlo, por qué sí él no lo sabe, entonces quién. Su primara decisión fue acertada, construir hospitales temporales, el del Parque de la Industría se planificó para tres mil camas, colapzo con menos de mil. Los médicos, personal de enfermeria y de servicios denunciaron, desde falta de pago hasta alimentación inapropiada, pasando por falta de médicamentos e insumos de protección.
Todo ello tuvo como resultado fatidico la muerte de muchos médicos, no se trata de un número, estamos hablando de humanos, esto quirace o no es responsabilidad del gobierno, como también lo es la falta de ejecución presupuestaria, una administración ineficiente del Ministro, hombre de su círculo de confianza. En el estudio de opinión realizado por la red social Facebook, el 70% manifestó estar en descuerdo con las decisiones tomadas para mitigar la pandemia. Respecto del equipamiento e insumos provistos a los hospitales temporales el 87% respondió estar en desacuerdo con el trabajo. Con una proyección fatal de once mil muertos para octubre el panoramo es desalentador, y esto último lo dice el Dr. Asturias, encargado de la Coprecovid.
La economía del país pasa por momentos definitivamente caoticos. El sector empresarial afirma que se han perdido más de 200 mil plazas de empleo formal, eso es mucho, considerando que un año el país sólo genera entre 30 y 40 mil. A esto sume la quiebra de el sector turistico, de transporte público y de servicios y el endeudamiento injustificado de Q31 mil millones de quetzales, que deberan pagar las generaciones futuras. En este rubro el 77% opinó estar en desacuerdo con las acciones que el Presidente tomo desde el 13 de marzo.
Finalmente se pregunto sí volveria a votar hoy por el Dr. Alejandro Giammatei, sabiendo de los resultados obtenidos a la fecha, los resultados evidentemente reprueban el trabajo. Un 79.4% de los entrevistados manifesto que no votaria por él, un 11% talvés y solo el 9.6% sí votaria por el actual presidente.La opinión publica reprueba el trabajo del Dr. Alejandro Giammatei. No sólo por las decisiones en economía y en salud, también por sus acciones a favor del sector patronal al aprobar el no pago del bono 14 y no cumplir con la ley que prohibe el corte de servicios básicos como el agua o la energía eléctrica.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.