Dime y olvidaré, enséñame y recordaré, involúcrame y aprenderé.
Un niño va al circo y observa un caballo y dice “perro”, el padre le dice, no, ese es un caballo. El niño arruga su rostro, porque hay un desequilibrio cognitivo dentro de su mente, había supuesto que lo animales de cuatro patas, peludos… son perros. Luego de razonar un poco concluye de nuevo que los caballos son grandes y vuelve a sonreír.
Sigue por viendo los animales y observa un elefante y dice, “caballo”, el padre le dice, no, ese es un elefante. El niño vuelve a desequilibrarse cognitivamente, porque había supuesto que los animales de cuatro patas, peludos y grandes… son caballos, ahora curiosamente observa y concluye que los animales de cuatro patas, peludos, grandes y gorditos… son los elefantes, y vuelve a sonreír.
Cuando el aprendizaje es significativo se valora, aprecia y hasta se ama lo adquirido. Da felicidad. Lo nuevo se va ajustando con lo ya existente. El niño de forma natural y motivado, va formando su estructura cognitiva agregando datos con sus investigaciones, preguntas y experiencia. El educador tiene la misión de guiar esos descubrimientos y así será más sólido ese andamiaje de conocimientos, construidos por él mismo.
Cuando se equivoca es una excelente oportunidad, el error es parte del aprendizaje. La realidad misma motiva al estudiante a aprender, mientras va adquiriendo datos verídicos, se va dando cuenta de los errores en sus definiciones, conceptos y proposiciones. Luego reajusta.
Lamentablemente, en los centros educativos, puede haber enseñanza sin aprendizaje y aprendizaje sin enseñanza, si el educador ignora el significado que el estudiante le da al nuevo dato, a donde lo ancla y la utilidad que le asigna.
La nueva información debe ser anclada a una estructura cognitiva pre-existente. Si no se instala sobre esos pre-saberes, entonces no es significativa. Si el docente intenta enseñar datos sin conocer ese andamiaje cognitivo previo, entonces puede ser que se dé un aprendizaje como loro, que solo repite datos sin sentido para él, ajenos a beneficios a este mundo.
Le dejo la siguiente frase de Freile, para que reflexione: “La educación no cambiará al mundo, cambiará a las personas que van a cambiar al mundo”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo