Cordura Social
Hoy es responsabilidad de todos nosotros los adultos capacitar a los niños y niñas, desde pequeños, para que sepan cómo proceder ante la seducción de un abusador o abusadora. Cada vez son más los adultos que revelan que cuando niños les abusaron y lamentablemente nadie les previno.
Una buena manera es con cuentos, en donde se va narrando una historia y donde aparece algún personaje que les quiere engañar, pero el niño de la historia se defiende enérgicamente, se sale y le cuenta a sus padres. Otra excelente forma es decirles que cuiden su cuerpo, con frases como, “tu cuerpo te pertenece, tú eres el encargado de cuidarlo, nadie puede tocarte en lugares íntimos y hacerte sentir mal”. También les pude decir, “tu cuerpo es sagrado, debes respetarlo y hacerte respetar”.
Enséñeles a sus niños o niñas a defenderse ante una seducción sexual, primero con un NO enérgico, segundo con irse de ahí, y tercero con contarle a alguien de confianza. Tres pasos sencillos que usted ensaya varias veces hasta que ellos estén entrenados. Repítales después, no enérgico, irse, y contarlo.
Tiene que ser enérgico su no, para que el niño se sienta poderoso, y el abusador se retraiga. Tiene que irse, porque si se queda, es posible que lo convenza, y tiene que contarlo, porque el abusador tiende a chantajearlo a que guarde silencio, a amenazarlo o a convencerlo.
Usted como padre, madre o educador, debe estar atento a los signos de que ha comenzado un abuso, los cuales pueden ser: en el abusador, una tendencia a quedarse solo con el niño, muestras de cariño excesivo, un aparente fuerte vínculo afectivo, secretismo, dominio. En el niño, baja autoestima, miedo, retraimiento, disminuye el rendimiento académico, enuresis, encopresis, aparición de enfermedades de transmisión sexual, huida de esa persona, lugares, o situaciones.
Si detecta el abuso en uno de estos niños, pórtese comprensivo con él, nunca le regañe ni le eche la culpa, dígale que él es inocente y que a partir de ahí no volverá a pasar. Ahora usted está en la obligación de protegerle, y si es necesario sacarlo de ese lugar dañino. Debe actuar con fortaleza para defender a quien aún no se puede defender.
Le dejo la siguiente frase para que reflexione, “oye abusador, métete con uno de tu tamaño”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo