Es lamentable leer noticias relacionadas al maltrato animal, más cuando sucede en una ciudad como Quetzaltenango que es la “cuna de la cultura”. El día de ayer con sorpresa y tristeza nos enteramos de que en San Juan Ostuncalco personal de la municipalidad de forma violenta y lastimando a los canes se los llevaron aparentemente para esterilizarlos, la semana pasada aparecieron perros ahorcados en la ciudad de los altos zona 12, y en otro residencial cerca de ese sector hace dos meses vecinos por medio de un chat decidieron sacrificar a los perros callejeros, pero al ser evidenciados y denunciados sobre el acto criminal que cometerían dieron marcha atrás en el plan.
Al ver este tipo de noticias debemos preguntarnos ¿que lleva a los vecinos a actuar de esta forma contra animales indefensos?, ¿qué piensan respecto a esto?, mejor dicho, ¿qué les pasa en la cabeza a estos individuos? ¿Es que acaso no tienen conciencia, no saben lo que está bien o mal? ¿No sienten empatía con sus víctimas?, eso tiene un nombre y es: asesinato y maltrato animal, lo peor de todo es que seguramente estas personas creen que no comenten delito alguno o que no están incurriendo en algo grave, y, aunque no fuese delito, los seres humanos no tenemos derecho a quitarle a vida a un animal por diversión, odio, o afán de protagonismo.
Además de la pobreza espiritual de las personas que cometen estos delitos, como sociedad somos indiferentes ante estos actos, la falta de cultura y la falsa creencia de que los animales “no sienten” nos ha llevado a creer que hasta cierto punto es aceptable matarlos. En algún momento de la historia humana, las personas olvidaron que también somos animales y eso a lo largo de miles de generaciones, nos ha llevado a ver a nuestras especies semejantes como seres inferiores.
Pareciera que hay gente que no tiene conciencia, y como consecuencia de padecer serios problemas mentales, traumas o frustraciones, desquita su desequilibrio emocional con animales indefensos, no debemos ser indiferentes y si hacer conciencia de que es peligroso convivir con este tipo de personas, porque, así como le hacen daño a un animal, seguro lo hará con todo lo que le resulte molesto, sean niños, ancianos o cualquier persona.
Los animales callejeros están protegidos por la Ley de Protección y Bienestar Animal, Decreto 5-2017 del Congreso de la República de Guatemala y las autoridades competentes, Policía Nacional Civil y autoridades municipales tienen la obligación de rescatar, y retener a cualquier animal que esté siendo víctima de maltrato según el artículo 5, en los artículos 59 al 62 se establecen infracciones desde graves hasta gravísimas las cuales dependiendo en la que se incurra tienen multas de hasta de 20 salarios mínimos.
Los animales de la calle son producto de una sociedad que no sabe tener mascotas y que las abandona, propiciando que se reproduzcan cada vez más, pero hay que buscar soluciones viables, en éste sentido estimado lector le invito a que si usted es testigo de maltrato animal, haga la denuncia correspondiente.