Los primeros veinte años del siglo XIX -1800-, fueron convulsos en muchos países del mundo, la invasión de Napoleón a España -1808-, la independencia española de Francia -1814-, sobresaliendo la abdicación de Bayona, es decir, Fernando VII presionado por Napoleón entrega la corona –abdica- a su padre Carlos IV, sin lugar a dudas, esto propició las agitaciones independentistas en casi toda América.
Sin embargo, en la región centroamericana no era la excepción, el descontento de la población –sobre todo indígena- era desesperante, la independencia se veía venir. En el caso de Guatemala, la situación fue diferente, después de 300 años de “gobierno colonial”, donde la explotación, violación de mujeres, discriminación, etc., colmó la paciencia de los indígenas, provocando que ha inicio de la segunda década de 1800, la población empezara organizarse. El problema de nuestros ancestros era terrible, aparte de pagar tributos a la corona –ubicada al otro lado del charco-, también trabajaban de gratis para los criollos encabezados por el clan Aycinena también de Gabino Gaínza, José Cecilio Díaz del Valle –José Cecilio del Valle-, etc., además pagaban impuestos eclesiásticos.
En 1808 más o menos, las Cortes de Cádiz promulgaron cambios sustanciales respecto a la administración de las provincias –Guatemala entre otros-, y uno de esos cambios, fue la abolición del pago de tributos por parte de los indígenas -12 de marzo 1811-, sin embargo, corría el año 1820 -9 años después-, los indígenas de Guatemala seguían pagando los tributos, obviamente, los emolumentos económicos de América, eran importantes para las arcas de España.
Reitero, la población indígena –india- para los que se confundieron desde el principio-, ya no quería seguir viviendo bajo el yugo de la esclavitud, eso provoca otro movimiento de “rebeldía” contra la corona, -según expertos en el tema –Dr. Víctor Ferrigno-: Calcula 100 levantamientos al año, multiplicados por 300 años de gobierno colonial, tenemos 30 mil insurrecciones, levantamientos, rebeldías o como usted quiera llamarle. Atanasio Tzul, hombre indígena, jefe de hogar, casado, valiente, educado, dado a la investigación, deduzco esto simple y sencillamente porque los escritos mencionan que, Atanasio Tzul y Lucas Aguilar o Akilal, al enterarse del contenido de la Constitución de 1812, -abolición de los tributos-, decidieron comunicárselo al rey, o sea, sabían lo que estaban diciendo y pidiendo. Me siento pequeño, ante la valentía, coraje y atributos de estos señores, ¿Cuántos de nosotros hemos leído la constitución política de la República de Guatemala?, no será por eso que no pedimos, no reclamamos nuestros derechos y lo que es peor, hasta agradecemos por el “trabajo” de los políticos.
Regresando al tema de tributos, oh sorpresa, el problema no era tanto el rey de España, sino, los criollos, pongámosle apellido –Aycinena, Beltranena, Delgado, etc., -no acataron las disposiciones de las Cortes de Cádiz –siguieron cobrando los tributos-, estos “ilustres” personajes que unos meses después se convirtieron en próceres de su independencia -1821-, hicieron caso omiso a un mandato constitucional español, en palabras coloquiales, se los pasaron por el arco del triunfo.
El pago de tributos sin justificación fue el detonante para que un 9 de julio de 1820, el noble pueblo de Totonicapán, acompañados por otros pueblos hermanos –Momostenango, Santa María Chiquimula, San Cristóbal, Santa Catarina Ixtahuacan, entre otros-, se levantaron en contra de la corona derrotando el poder español local y durante 29 días se estableció un gobierno indígena. Esos 29 días fueron suficientes para dejarnos un legado que perdurará por siempre no solo en Totonicapán sino en toda Guatemala.
Escuchando al doctor Victor Ferrigno –jueves 9 de julio- invitado por Junta Directiva de 48 Cantones coincido totalmente con él. No es posible que, doscientos años después del levantamiento del noble pueblo de Totonicapán y otros pueblos hermanos, seguimos casi en las mismas condiciones, alta tasa de desnutrición, no hay salud, educación, seguridad, justicia, hay un claro golpe de estado técnico, donde la mayoría de diputados y algunos magistrados de las Cortes –de justicia y apelaciones-, han cooptado la justicia en procura de lograrse impunidad para ellos y para los que han manipulado a los gobiernos de turno. Han hecho caso omiso a un mandato de la Corte de Constitucionalidad, elegir Cortes –Suprema y de Apelaciones-.
Totonicapán -48 Cantones-, ¿Cómo queremos que nos recuerden las generaciones dentro de 200 años? La decisión es nuestra.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.