PUNTUAL
No existe un registro de cuántas son, pero todos conocen una, no porque entren, sino porque hay en todos lados. En cualquier esquina hay un negocio de este tipo y no nos hemos dado cuenta, pero son muy lesivas y fomentan inseguridad.
Sabías que las cantinas como las tiendas pueden estar abiertas hasta las 22 horas, para la venta de licor, pero casi nadie respeta ese horario de la Ley Seca. Y los antros de mala imagen, discotecas y otros sitios tienen permiso hasta la 1 de la madrugada, pero tampoco hacen caso. Pregunten a los vecinos.
Eso quiere decir mucho, primero, que estos “centros del mal” generan dinero y, segundo, que nadie los controla, porque la autoridad es nula en exigir apego a las leyes. Muchas de estas cantinas o bares tienen de fachada la venta de “traguito”, pero en realidad expenden otras cosas y por ello, la inseguridad se incrementa, tanto por vendedores como por consumidores.
Por tanta inseguridad y violencia en Xela, uno de los lugares a revisar para sancionar o cancelar deben ser las más de mil cantinas, donde integrados, Municipalidad, Gobernación y Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) deben accionar iniciando con controles de licencias y horarios.
Si preguntamos a cualquiera de las tres instituciones referidas, seguro que no hay control y por eso hay tantos hechos ilícitos y hasta asesinatos, como el reciente caso en la calle Rodolfo Robles, zona 1 de Xela.
Ya basta de tolerar a las cantinas, no solo por el vicio, sino por lo que representan para la sociedad en general. Cada cantina es un literal foco rojo de inseguridad.
Al lado de exigir un mayor control sobre estos negocios, se deben reparar inmediatamente todas las cámaras de vigilancia en la ciudad, para ver los movimientos de algunos lugares. Al momento, de las más de 60 cámaras, solo funcionan 24.
Xela no debe entregarse por completo en manos de la criminalidad e inseguridad. Miren el ataque armado de hoy a una mujer en un vehículo en marcha en Salcajá, estos ya son extremos. A quienes corresponde, hagan algo, pero ya.
Licenciado en Ciencias de la Comunicación, con tres maestrías en diferentes campos y Doctor en Investigación en Educación. CEO de La Voz de Xela, conferencista nacional e internacional y profesor universitario.