Como consecuencia de la Revolución Industrial, cuyo origen se dio en Inglaterra en el siglo XVIII, los artesanos europeos se organizaron en asociaciones mutuales para defender sus derechos así como para mejorar su actividad productiva y competir contra la incipiente industria, especialmente la textil. Esa experiencia de organización se trasladó a América promovida por la Masonería, institución ésta que en Guatemala adquirió un inusitado auge a partir de la Revolución Liberal dirigida en 1871 por Miguel García Granados y Justo Rufino Barrios.
El liberalismo guatemalteco tuvo su base ideológica y operativa en el Occidente de la República, especialmente en Quetzaltenango, desde donde promovieron con su principal aliada, la Masonería, una asociación con los Principales k´iche´ para la “regeneración de la raza y el progreso material de la Ciudad”, según reza el enunciado de los estatutos de la Sociedad El Adelanto, entidad centenaria que se propuso ese cometido. En el emblema de la institución aparece el compás, símbolo de la masonería.
La Sociedad El Adelanto tuvo el apoyo de algunos ladinos de la ciudad de Quetzaltenango, que veían en ello una estrategia de asimilación, lo cual no sucedería, pues la sociedad adquirió su propia dinámica enfocada en la educación y formación cívica de sus asociados, especialmente de los jóvenes, para más tarde incursionar en aspectos culturales y políticos, siendo esto último la razón fundamental que actualmente gestiona, después de más de cien años de haber sido fundada.
Las asociaciones mutuales, como El Adelanto, persiguen fines de tipo social, fomentando la solidaridad de sus miembros quienes cotizan con un propósito previsional y de educación para la niñez y juventud. Lo interesante del caso quetzalteco es la perseverancia de sus asociados que han sabido conservar la entidad por más de un siglo, proceso interrumpido durante el gobierno ubiquista, no siendo ésta la única que hubo de clausurarse por órdenes del gobierno. Seguramente esa persistencia obedece a que desde siglos atrás se propusieron los líderes Mayas k´iche´ conservar sus tradiciones, encontrando en la Sociedad el medio idóneo para los tiempos que vivían.
Los iniciadores de la Sociedad El Adelanto, fundada el 3 de abril de 1894 fueron Principales K’iche’, algunos de los cuales habían sido miembros de la Alcaldía Indígena, misma que fue cancelada el mismo año de inicio de la Sociedad El Adelanto. Su primer Presidente fue don Santiago Coyoy, quien había sido el último Alcalde Indígena.
La Sociedad El Adelanto contó en sus inicios con el asesoramiento y apoyo del Licenciado Sinforoso Aguilar, un masón ladino que se identificaba con la población Maya por razones de afinidad pues fue casado con una señora de ascendencia indígena, y también por conveniencia política; llegó a ser Alcalde de Quetzaltenango en 1897, asumiendo el cargo pocos meses antes de su fusilamiento por instrucciones del Presidente General José María Reina Barrios, quien lo sindicó de participar en el alzamiento militar en su contra.
La Sociedad El Adelanto se revitalizó a partir del año 1992, cuando se conmemoró el “Encuentro de dos mundos” como se denominó al acontecimiento de los 500 años de la llegada de Cristóbal Colón a América. En el año 1994, cuando celebró 100 años de fundada, la Sociedad El Adelanto recibió la Orden del Quetzal de manos del Presidente Ramiro de León Carpio.
Hoy la Sociedad El Adelanto procura la formación política de los jóvenes, fomentando la incidencia y reivindicación políticas, y aunque en su seno se promueve el activismo, en la sociedad quetzalteca se reconoce la realidad de una convivencia intercultural.