Optimice el pago de sus impuestos.
Una frase muy conocida atribuida con regularidad a don Benjamin Franklin (político, científico e inventor), quien escribió, “en este mundo no se puede estar seguro de nada, salvo de la muerte y de los impuestos”, vino a mi mente al momento de escribir la presente columna, en la que pretendo analizar, junto a usted apreciado lector, el tema: La optimización de la carga tributaria como una ventaja competitiva para la empresa.
Sabemos bien que los impuestos representan para nosotros, los contribuyentes, una obligación monetaria establecida por ley (Principio de legalidad), que debemos pagar para el sostenimiento de las cargas públicas, siempre que, se cause el hecho que da nacimiento a la obligación tributaria. Asimismo, es oportuno mencionar que a los contribuyentes, entre varios derechos, nos asiste el de tributar conforme a nuestra capacidad de pago.
Por lo anterior, es recomendable para todas las empresas, principalmente las pequeñas y medianas, que antes de concluir el presente año revisen o inicien un proceso de planificación que incluya escenarios fiscales, a fin de seleccionar aquel que ofrezca menor salida de efectivo en concepto de impuestos. Recuerde usted que los impuestos son salidas de efectivo que reducen su capital de trabajo.
De la muerte y de los impuestos nadie se salva; sin embargo, sí es posible minimizar la carga tributaria de forma correcta. Al referirme al termino minimizar, no pretendo tener un alcance que abarque violación a las leyes tributarias o elusión fiscal. Me refiero a la importancia de realizar planificación fiscal.
A mi parecer, la ventaja competitiva de la empresa será fortalecida cuando esta se encuentre tributando en su punto óptimo, ya que su flujo de efectivo será menos afectado, y consecuentemente la rentabilidad incrementará. Recordemos que al final de cuentas, la rentabilidad es lo que persigue una empresa mercantil por medio de su actividad lucrativa.
En las siguientes líneas enumeraré algunos elementos que considero imprescindibles en el proceso de planeación fiscal, según el tipo de contribuyente:
Pequeño contribuyente. Si usted o su empresa está inscrito como pequeño contribuyente, recuerde que su techo máximo para tributar el 5 % sobre sus ingresos totales, será la cantidad de 150,000 quetzales anuales. De esta manera, las facturas que usted emite no generan crédito fiscal para sus clientes, por lo cual, es recomendable que revise su mercado objetivo para evitar perder clientes por un tema impositivo. Recuerde que el pequeño contribuyente está exento del impuesto sobre la renta y del impuesto de solidaridad, situación que podría motivar su afiliación a este régimen.
Contribuyente normal. Si su empresa se encuentra catalogada como contribuyente normal o general, se encuentra tributando impuesto sobre la renta (ISR), impuesto al valor agregado (IVA) y probablemente, el impuesto de solidaridad (ISO) si su empresa está afiliada al ISR sobre sus utilidades. Si su afiliación al ISR es el Régimen opcional simplificado sobre ingresos, estará tributando este impuesto más el IVA, quedando exenta del ISO:
Los contribuyentes tenemos el mes de diciembre para analizar lo siguiente: En su proyección financiera anual, revise sus ingresos y también sus costos y gastos. Con apoyo de un profesional evalúe con base en escenarios el Régimen del impuesto sobre la renta que más le convenga. Si su empresa tiene costos altos debidamente soportados para ser deducibles, probablemente le convendría el Régimen sobre utilidades, no olvide que aquí también pagaría ISO (excepto si es empresa nueva); sin embargo, si su empresa o actividad profesional tiene pocos costos y gastos, probablemente le convenga tributar sobre sus ingresos. Cuando usted tributa sobre utilidades, tiene una carga impositiva de ISR del 25 %, si tributa sobre ingresos pagaría el 5 % sobre sus ingresos menores o iguales a Q 30,000.00, y el excedente de esta cantidad tributaría el 7 %. Lo anterior también aplicará si usted está cambiándose de pequeño contribuyente a contribuyente normal.
Es importante, entonces, dedicar un tiempo prudente a este tema, a fin de evitar erogaciones innecesarias que podrían afectar la posición competitiva de su empresa frente a compañías rivales que quizá estén tributando de forma óptima, o en el peor de los casos, que no tributen.
Muchas gracias por su tiempo al leer estas líneas.
Contador público y auditor, profesor universitario, consultor empresarial y voluntario en desarrollo económico local y competitividad.