PUNTUAL
Para creer en Jesucristo no necesitamos pruebas, solo un corazón que comprenda su grande amor por la humanidad. Por ti y por mí.
Me pregunto qué pasaría si Jesús viniera en estos tiempos, seguramente no cambiaríamos en mucho la historia; tendría millones de seguidores en Facebook y también detractores. Sería amado y perseguido por otros.
Si Jesucristo fuera de estos tiempos lo volveríamos a crucificar, porque seguimos siendo una sociedad hipócrita, que juzga sin pruebas, que no escucha, que odia sin motivos y que no se acerca a Dios. Hemos creados nuevos dioses, a quienes les dedicamos más tiempo, como las redes sociales y su banalidad.
Lo grato es que el propósito de Jesús en la tierra se cumplió, porque por su sangre fuimos limpios y perdonados, ya solo nos queda creer y seguir sus pasos. Si alguien olvida cómo, le recuerdo que la constitución celestial se llama Biblia. Esta Semana Santa no solo debería ser para desconectarse de la cotidianeidad, sino que para tomar un respiro de reflexión.
Recordemos que Jesucristo enseñó que para los hombres hay imposibles, pero que para Dios todo es posible. Todo. (Marcos 10:27)
Cuando nos quejamos de cualquier cosa que nos pasa, recordemos que Jesús soportó la cruz y fue menospreciado, pero ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. (Hebreros 10:12). Todo tiene su recompensa, aquí y en el cielo. Sostener la fe tiene de recompensa la misericordia de Dios. Por ello, si alguien reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él. (1 Juan 4:15)
Jesucristo es la manifestación del amor de Dios en la tierra, porque recordemos que, “así mostró Dios su amor entre nosotros, que envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él”. (1 Juan 4:9)
Comparto un sentimiento y acción de fe personal, siempre que hago algo, desde lo simple o complejo, lo hago: en el nombre de Jesús. Lo pienso y lo digo a viva voz. Y como protección hago la cruz con mi índice derecho en la frente de mis seres amados. Funciona. Lo anterior se sustenta en que, Dios nos da la victoria por medio de Jesucristo. (1 Corintios 15:57)
Finalmente, en estos días deseo que gobierne sus corazones la paz de Cristo. (Colosenses 3:15)
Gracias Jesucristo, porque sé que viniste a buscar y a salvar lo que se había perdido. (Lucas 19:10). Estar en ti es ser nueva criatura, lo viejo es pasado; ayúdame cada día para que mi senda sea como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto.
Jesucristo, creo que tú eres el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. Amén.
Periodista, comunicador y académico. Licenciado en Ciencias de la Comunicación, con tres maestrías en diferentes campos. CEO de LA VOZ DE XELA, conferencista y profesor universitario.