PUNTUAL
Anoche el Concejo Municipal de Xela tomó una decisión posiblemente comprometedora para el próximo año, definir el presupuesto 2020 para la ciudad.
Estamos claros que no hay presupuesto que alcance si no se sabe proyectar, administrar y ejecutar. El problema de la administración municipal no es el monto, sino la distribución. Más del 90% es para funcionamiento y tan solo una cola es para una inversión que no se ejecuta.
Es una administración quebrada y fracasada. Se aprobaron Q376 millones 77 mil 788 para el próximo año, como un presupuesto institucional, de los cuales Q192 millones 488 mil 798 son para la Municipalidad, otros Q165 millones 339 mil para la Empresa Eléctrica Municipal de Quetzaltenango (EEMQ); y Q18 millones 250 mil para la Empresa Municipal Aguas de Xelajú (EMAX).
Partamos de algo, por los 180 mil 706 habitantes que tiene Xela (según el último Censo Nacional de Población y Vivienda), la inversión pública por cada persona sería de Q2 mil 81, pero esto es en cifras, porque la realidad es otra si vemos los cotos del funcionamiento versus la inversión que no se asoma.
Es un presupuesto además desfinanciado, porque gastan más de lo que se recauda, incluyendo lo que reciben del erario nacional, por eso, tienen de caja chica (ni tan chica) a la EEMQ para los ajustes a sus gastos.
Cuando le empiece a ir gris a la nueva administración le atribuirá las cosas a la anterior, porque dirán que solo heredaron los números que les toca enfrentar. Ese presupuesto de Q376 millones en realidad se podría duplicar con una buena gestión de más fondos en obras y programas funcionales y apegados a las necesidades de la población.
Mientras que la tarea pendiente es hacer una eficiente recaudación, porque se podría sumar mucho si se cierran esos agujeros, entre ellos, conexiones ilegales y cobros irreales, por ejemplo, en los mercados y pisos de plaza.
El problema de un presupuesto burocrático es que propicia el desorden y la corrupción. Cuando aparentemente no caminen las cosas es porque hay mano de mono y distribución clientelar.
En las finanzas ediles además se deben hacer recortes de gastos superfluos e innecesarios como los que se destinan para la feria, algo que no regresa porque se despilfarra; qué tal sería una Xelafer concesionada, mixta o privada, para que mejore, sea atractiva y rentable.
Xela por sus características está en condiciones de aspirar a una ciudad limpia, ordenada y moderna y eso, señores funcionarios, no depende completamente del presupuesto sino de su manejo eficiente y orientado a las prioridades.
Licenciado en Ciencias de la Comunicación, con tres maestrías en diferentes campos y Doctor en Investigación en Educación. CEO de La Voz de Xela, conferencista nacional e internacional y profesor universitario.