Por Dr. Bayron de León
El tema COVID-19 cada vez que se consultan las plataformas digitales, huele más a terror y a una cuestión eminentemente apocalíptica, por momentos ya no se entiende si es una cuestión alimenticia, económica, social, política, de poder, pero lo que es cierto, es que todos estamos entrando en un proceso de purificación físico-moral que en algo nos ayudará…
Ahora bien, a todo esto, ¿Los impuestos qué?, es evidente que se deja venir un devastador período económico, razón por la cual, es probable que el Estado requiera de más recursos para hacer frente a lo que se viene y los Contribuyentes tengan menos que contribuir, -vaya problemón-; ante tal situación, creo que tanto el Organismo Ejecutivo como el Legislativo, deben ponerse a trabajar seriamente, en medidas reguladoras, como por ejemplo: analizar nuevamente el presupuesto aprobado en su oportunidad, considero que hay muchos rubros que para Guatemala hoy por hoy dejan de ser prioridad y deben redestinarse a lo que Guatemala hoy requiere (hospitales de primer mundo por ejemplo).
Adicional, se debe considerar que el ámbito laboral se puede ver seriamente golpeado, razón por la cual, se me ocurre, que el Organismo Legislativo a la par del Ejecutivo, promuevan una ley de beneficio fiscal futuro como consecuencia del sostenimiento de la parte laboral, para lo cual una primera idea puede ser: si en caso está situación se sale de control y los patronos dejen de generar los suficientes ingresos y por sobre ello tengan la obligación laboral, para todos aquellos patronos que sigan en pleno cumplimiento de sus obligaciones laborales, se les otorgue un beneficio fiscal directo, en otras palabras, que esos pagos de sueldos, salarios y otros beneficios laborales durante la afectación del COVID-19, se tenga el privilegio fiscal de acreditarse como ISR futuro y diferido en ciertos años, pues es evidente que para cualquier patrón sin generación de ingresos, se hará difícil sin un beneficio de esta naturaleza el sostenimiento de la parte laboral. El camino anterior puede ser útil para no entrar a una recesión laboral y que de por sí mucho se sufre en Guatemala.
Otro camino menos beneficioso, pero que a la postre puede auxiliar, es considerar esos sueldos, salarios y demás prestaciones laborales, como gastos deducibles de manera proporcional en ciertos períodos subsiguientes al presente, ello dependerá de los daños colaterales del COVID-19.
Otra salida es incentivar al patrón por medio de regulaciones laborales, en considerar cualquier proceso de cuarentena o de no trabajo por temas de COVID-19 como adelanto de vacaciones o goce de vacaciones (Guatemala somos todos).
Pues bien, son ideas primarias que coadyuven a lo que pueda suceder, de las cuales, sin temor a equivocación, entre los lectores habrá otras mejores y que sin duda han de comentar… Entre las sugerencias formales y sustanciales por venir, se sugiere que la Administración Tributaria promueva un aplazamiento de la presentación anual del ISR del período 2019, pues estos días todos andamos más pendientes del COVID-19 que, en preparar una liquidación de ISR, considero prudente que ampliar el plazo al 30 de junio sería necesario, razonable y prudente …aaaahhhhhhhh… y no es por nada, pero creo que es justo el momento para una verdadera amnistía fiscal … lo dejo aquí para no seguir fallando más.