PUNTUAL
Este miércoles en medio de todo tuvimos la buena noticia de que cuatro guatemaltecos que habían dado positivo con el Covid-19 ya se reportan recuperados.
No todo es malo ni todo es una tragedia, depende de cómo lo estemos enfrentando, porque, aunque regresemos a lo habitual, las cosas ya no serán igual.
Si bien no nos va a matar, el coronavirus le dio un giro de 180 grados a la forma en que convivíamos y nos comportábamos. Hay que reconocerlo para que las consecuencias sean lo menos lesivas en lo individual, laboral y en los negocios.
Con el coronavirus nos volvimos más digitales, más virtuales, quienes aún no lo hacían, comenzaron a pagar sus servicios desde la palma de su mano, el celular, la luz y todos los pagos necesarios, hasta ordenar comida y cosas más impensables a domicilio como las verduras, hasta tortillas y panes, porque algunos en la emergencia vieron la oportunidad.
Todo es más digital, como las noticias en directo. Todos nos aislamos, pero no nos desconectamos.
Hay algo peor que el coronavirus, porque creo por fe que no nos alcanzará y el mal será eliminado de la faz de la tierra.
Algo peor es el desánimo y el negativismo de muchos, hay quienes no han vuelto a la batalla y ya se declararon derrotados. Estamos amenazados, pero no de muerte ni mucho menos vencidos, porque mientras haya vida y respiremos, todo tiene una segunda, tercera o cuarta oportunidad.
El desánimo quiero decirles que es natural y pasajero, porque somos humanos, pero no nos debe atrapar. La gran incógnita: ¿Qué haremos ahora? Esperemos y confiemos, pero sobre todo actuemos; no bajemos las manos. Comencemos el cambio en nuestra mente y luego actuemos en dirección de lo que nos proponemos.
El negativismo siempre hace mal, sea tiempo de emergencia o no, haya coronavirus o no, porque tiene la condición de ver mal todo desde un principio. Valoro a las personas que desde que comenzó la emergencia vigente, dijeron, pronto pasará, peores cosas hemos vivido y aquí estamos de pie y seguiremos adelante.
Recordemos que el desamino como el negativismo, se parecen mucho al coronavirus, porque se contagia de persona a persona, por eso, si identificamos a un enfermo, evitémoslo lo más posible, de lejos y sin comunicación. Esto es en serio. Ahora es cuando necesitamos de personas aminadas, positivas y con fe de que saldremos adelante juntos, en verdad, con esperanza y acción.
PUNTO FINAL. Creo por convicción que cuando todo esto pase, será como a Noé después del diluvio: vino un nuevo pacto. Nuevas y buenas cosas nos vendrán a todos.
Licenciado en Ciencias de la Comunicación, con tres maestrías en diferentes campos y Doctor en Investigación en Educación. CEO de La Voz de Xela, conferencista nacional e internacional y profesor universitario.