En la IV Reunión local de comandantes fronterizos, realizada en el cuartel de la 36 Zona Militar del Ejército de México, en Tapachula, Chiapas, representantes de las fuerzas armadas de ambos países planificaron acciones conjuntas para combatir el crimen organizado en las fronteras.
Los comandantes se comprometieron a mejorar los protocolos de seguridad, y gestionar ante las autoridades de sus países la autorización para cruzar la frontera marítima cuando se persiga «un blanco sospechoso». Acordaron patrullajes terrestres, marítimos y aéreos, y mantener reuniones constantes para mejorar la vigilancia.
La zona fronteriza entre Guatemala y México es un punto de tránsito de personas y productos, sin embargo, ante las debilidades, también se utiliza como ruta de distintos ilícitos por parte del crimen organizado y la delincuencia común, que tiene un impacto no solo en las poblaciones aledañas sino en la región de occidente.
“Nuestros océanos, ríos y caminos son clave para el envío de estupefacientes al norte del continente. Por eso es necesario mantener una estricta vigilancia coordinada”, dijo a Diálogo el general de brigada del Ejército de Guatemala Walter Sánchez.
En el Informe Internacional de Estrategia de Control de Narcóticos 2017, del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Guatemala está catalogado como uno de los países con mayor tránsito o producción de drogas, la lista la completan Bahamas, Belice, Bolivia, Birmania, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Haití, Honduras, India, Jamaica, Laos, México, Nicaragua, Pakistán, Panamá, Perú y Venezuela.
Y las fronteras de occidente, por San Marcos o Huehuetenango, son una de las rutas. Este problema genera otros vinculados al crimen organizado.