La vida de una madre esta llena de anécdotas, y algunas de ellas, al ser recordadas, producen sonrisas. La abogada y notaria, y docente universitaria, Claudia Lorena Chigüil Barrios, nos comparte algunas de sus experiencias y su sentir como madre.
La profesional, quien también es secretaria de la junta directiva de la Asociación Quetzalteca de Abogadas y Notarias, tiene tres hijos: Édgar, de 26 años; Jorge Eduardo, de 19, y José Miguel, de 13. Comenta que “las fuerzas y energías” para cumplir con el rol de madre y profesional “vienen de lo alto”, porque “debemos ser honestos, en determinado momento se descuida un tanto la familia porque el trabajo es absorbente, sin embargo, Dios nos da la sabiduría para guiar a nuestros hijos y tratar de hacerlos hombres y mujeres de bien”.
Como anécdotas, Chigüil Barrios, cuenta: “recuerdo que mi hijo el mayor, que estuvo más apegado a mi cuando inicie la carrera, me decía ‘mami ya no maquines’, porque él decía ‘maquinar’ cuando yo escribía en la máquina (de escribir) y estaba para entregar mis tareas”. También recuerda que a su segundo hijo le leía, y él creía que eran cuentos, pero en realidad eran los códigos que ella estudiaba. “Mientras que con el pequeño escuchábamos música, pero realmente era el código de notariado. Así estudiaba para el privado”, relata.
Aunque son anécdotas, que la profesional recuerda con una sonrisa, señala que estas experiencias también deben de servir de motivación, porque a veces se pone de pretexto que ya se es padre o madre para no cumplir las metas, “pero estas se pueden lograr a pesar de todo”.
“Lo más complicado es preguntarnos si estamos haciendo bien nuestro papel y nuestro rol de madres; muchas veces nos entra la duda, si estamos cumpliendo con esa función que Dios nos ha dado, pero ya será el tiempo que nos diga si estamos haciendo bien esa noble labor que se nos fue asignada, porque ser papá o mamá es complicado”, apunta la entrevistada, y agrega que es necesario darle amor a los hijos pero también saber corregirlos.