Para la psicóloga Silvia Ortiz de Laparra, madre de un niño de 1 año y medio y de una niña de 6 meses, su profesión le ha permitido darles más amor a sus hijos y estar más atenta de sus emociones.
«Es una bendición que las mujeres podamos dar vida a un nuevo ser, pienso que es uno de los propósitos que Dios nos ha dado», comenta Ortiz, quien labora en la Clínica de Psicología del Centro de Salud de Quetzaltenango. Agrega que para ella ser mamá es hasta cierto punto una aventura, «porque uno comparte con sus hijos el resto de la vida, es una experiencia muy bonita y agradable que lo llena a uno de motivación para luchar por la vida».
La profesional señala que cumplir con el papel de madre y trabajadora es un poco complicado, «al menos por la edad que mis hijos tienen, pues es un poco difícil dejarlos, pero con mi esposo contamos con el apoyo de nuestras familias y ellos nos ayudan a cuidarlos».
Explica que el hecho de ser psicóloga le ha ayudado a estimular a sus hijos desde que están en el vientre, a darles más amor y estar atenta de sus emociones, «porque desde que están en el vientre van experimentando emociones positivas y negativas».
Por último, recomendó a las mamás que trabajan, que aunque la labor que realicen sea absorbente, le dediquen tiempo de calidad a sus hijos, para que tengan un buen soporte emocional.